Cobertura Especial Sitges 2011 «Noveno Día De Festival»

El film genera humor involuntariamente, siendo esta la peor respuesta por parte del público que se puede encontrar un realizador, pero también creo que todos estos errores son debidos a la poca experiencia práctica tras las cámaras de Trashorras, quien, a partir de ahora, tan solo podrá madurar en el oficio si consigue rodar con cierta continuidad. Daniel Monzón, su compañero en la revista Fotogramas, ya sabe algo de todo esto, pues le han hecho falta casi diez años y cuatro películas para lograr su cinta más interesante, la aplaudida Celda 211 (2009).




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Troll Hunter (Trolljegeren, André Ovredal, 2010) por Oscar Navales
Evidentemente, los trolls son unas criaturas mucho más genuinamente nórdicas que los vampiros o Papá Noel, y en el film de Ovredal se dan cita varios y diferentes tipos de estos seres. Apenas iniciado el film, la desilusión no tarda en hacer acto de presencia: aunque la cámara en mano resulta algo menos tosca que en obras como El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999) o Paranormal Activity (Oren Peli, 2007), lo cierto es que 1) las imágenes de Ovredal son, por lo general y al igual que en aquellas, de una excesiva simplicidad visual, 2) que en el relato abundan los momentos de relleno (especialmente al principio del la cinta), y 3) que vuelven a repetirse los mismo planteamientos dramáticos, forzados e inverosímiles, que empujan a un personaje a «morir con la cámara puesta»: es decir, pese al peligro de muerte inminente que acecha a los personajes en algunos momentos del film, el responsable de grabar con una cámara de vídeo todos los sucesos que tienen lugar no abandona el uso de la misma ni cuando el riesgo de ser engullido por el monstruo de turno es inminente.


Existen momentos divertidos (ver los diversos chistes en torno a la atracción que sienten los trolls hacia el olor de los que profesan una fe cristiana, y el peligro de muerte que esta condición supone para ellos), y algunas secuencias más o menos logradas (la tediosa y cómica espera en un puente, con el cazador profesional de monstruos pretendiendo atraer en plena noche la atención de un troll mediante el olor que desprenden dos cabras y una oveja que no dejan de balar: un secuencia digna de un film de los Monthy Python). Por desgracia, no todo en Troll Hunter es igual de divertido o efectivo.
Existen no pocos chistes fáciles y, sin ir más lejos, las secuencias filmadas con visión nocturna, aparte de devenir tediosas en lo visual, están torpemente solucionadas. Algún que otro momento atractivo no justifican el pequeño prestigio que se ha venido ganando este film en los últimos meses, y dentro de la sección competitiva del festival se encontraban obras muy superiores a esta (Hara-kiri: Death of a Samurai, A Letter to Momo) que hubieran merecido una mayor atención por parte del público asistente a Sitges.
Juan De Los Muertos (Alejandro Brugués, 2011) por David Solé
Los zombies están tan de moda, que incluso han traspasado las fronteras de Cuba. La zombie movie que firma el realizador Alejandro Brugués, (una propuesta de entrada interesante dada la novedad de su procedéncia), no destaca por la buena interpretación de sus actores, quienes no terminan de convencer (a pesar de contar con unos personajes perfectamente integrados con la historia). Tampoco luce en el apartado técnico, una realización que tambalea, ya que la estructura que debería sostener las bases de una sólida producción, no cuenta con el cuidado y acierto necesario, ni propone un trabajo ambicioso, quedando todo en una película hecha de amigos para amigos.
No obstante, y a pesar de las deficiéncias que quedan latentes desde un inicio, la historia, su localización y las situaciones que nos plantea Brugués, logran el cometido de entretener y divertir al espectador, quizás menos exigente. Diálogos chisposos, que tienen como aliciente la ‘jerga’ típica de la Habana. La crítica social, como era de esperar, tiene su protagonismo desde la comedia y el sarcasmo, con referéncias directas a las relaciones con los ‘yankies’ y autocríticas hacia el pueblo cubano.
El atractivo y lo más destacable del film de Brugués son los personajes, el aire exótico de Cuba, la música que acompaña la cinta y las cómicas situaciones en las que se encuentra el grupo de protagonistas, que va acompañado de un correcto trato del gore. Un gore fresco que entra por los ojos y propone un divertido festín de sangre y muertes.
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Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) por Oscar Navales


Más Cobertura del noveno día, próximamente…
Magnífica crítica de «El callejón». Tengo la intuición que esta película será recordada con cierto cariño por aquellos amantes de las pelis de serie B españolas. Tiempo al tiempo.