Elijah Wood y su Gran Piano en el 1er día de festival – Cobertura Especial Sitges 2013 –

Quedan pocas horas para que arranque la edición número 46 de nuestro querido Festival de Sitges, cita obligada para los amantes del cine fantástico, en la que nos esperan un total de 150 películas. Como ya sabréis, el certamen dará comienzo con «Gran Piano», cinta protagonizada por Elijah Wood y John Cusack, que bajo la batuta del director español Eugenio Mira, nos sumergerán en un intenso thriller con un acertado aire hitchcockiano. La alfombra roja del festival se desplegará para recibir a sus protagonistas. Por otro lado, el hongkonés Juno Mak, debuta en el largometraje con «Rigor Mortis», una pieza que se aventura tremendamente interesante, por la original manera en que toca el tema de los fantasmas asiáticos. Otro de los personajes importantes de la jornada, es sin duda Terry Gilliam, quien presentará su último trabajo, «The Zero Theorem», una fábula barroca y futurista que teoriza sobre el significado de la existencia.

Otro debutante que apunta maneras, es Cody Calahan, quien presenta la salvaje «Antisocial». Una historia de virus y epidemias, que retrata una intensa y sofocante actualidad, donde internet, los smartphones, portátiles y otros dispositivos electrónicos, son importantes protagonistas. Uno de los veteranos que regresan al festival, es Neil Jordan, con su último trabajo «Byzantium», un relato vampírico gótico y sanguinario, sobre  la llegada de dos misteriosas mujeres a una pequeña cuidad inglesa.

El primer día de festival, también nos dará la oportunidad de ver obras tan interesantes como, la compleja y retorcida «Upstream colour» de Shane Carruth, los feroces canibales de «The Colony» de Jeff Renfroe, o la maratón ‘La Nit + killer’, que incluye películas como «100 bloody acres» de Colin y Camerón Cairnes; «An American Terror» de Haylar Garcia; y «Hatchet III», tercera entrega de la sangrienta saga protagonizada por Victor Crowley.

Mencionar también, las interesantes proyecciones del espacio Brigadoon, donde hoy podrá verse, «Sonno Profondo», un homenaje al  género giallo dirigido por el argentino Luciano Onetti, o criaturas mutantes en «Mar negro» de Rodrigo Aragão, película presentada por el blog Almas Oscuras.

 

COBERTURA DEL PRIMER DÍA DE FESTIVAL

«Grand Piano» (Eugenio Mira, 2013) por David Solé

Nuevamente, una película de producción española ha sido la encargada de inaugurar el festival, años atrás lo habían hecho cintas como, “Rec2”, “Los ojos de Julia”, “EVA” y “El cuerpo”, una interesante promoción del cine de género patrio, que el director del festival, Ángel Sala, valora como algo muy positivo. Centrándonos en la presente edición, hoy daba el pistoletazo de salida “Grand Piano”, segundo largometraje de Eugenio Mira (Agnosia), quien da un salto en su carrera con ésta gran producción de sonoro plantel. Una cinta esperada con gran expectación, que posteriormente ha dividido las críticas entre el público y la prensa, y que para un servidor, cuenta con un resultado final totalmente decepcionante.

Con un arranque correcto, la cinta nos presenta los nervios y la incertidumbre en el regreso a los escenarios de un aclamado pianista, quien tendrá que hacer frente a ello, y a una comprometida situación que para nada esperaba. Incluso, los primeros momentos del protagonista (un Elijah Wood hasta ese momento correcto) sentado frente al piano, mantienen la intriga y posterior tensión planteada por la trama. Pero a medida que avanza el metraje, y las diferentes amenazas que sufre el protagonista se hacen cada vez más absurdas (por un guión lleno de incoherentes situaciones) todo comienza a desmoronarse. Los constantes abandonos del escenario por parte del personaje en mitad de la función, sin que nada resulte alterado, y los inverosímiles intentos de éste por pedir ayuda, sumado a las desastrosas escenas de forcejeo en lo alto del escenario, y la poca participación de otros personajes como el interpretado por John Cusack, terminan por destruir cualquier esperanza de que la cinta salga a flote, y transmita lo que se esperaba de ella. Un thriller alargado, sin cuerpo ni sentido alguno, en el que Elijah Wood intenta salir airoso sin conseguirlo.

«Rigor Mortis» (Juno Mak, 2013) por David Solé

Muy buenas sensaciones, nos ha dejado la primera parada en la extensa programación de Sitges 2013. En un Auditori a media entrada, hemos podido disfrutar de una auténtica joyita oriental, la apoteósica “Rigor Mortis”, cinta que supone un gran debut en la dirección para Juno Mak, hasta la fecha, actor, productor y estrella del Pop, quien llega apadrinado por un viejo conocido por todos Takashi Shimizu, productor de la cinta. Pronto nos cercioraremos de la gran calidad de su fotografía, y de su estética malsana y opresiva, que nos llevará por un tortuoso viaje fantasmagórico creado bajo creencias ancestrales y oscuras leyendas.

Juno realiza un despliegue de grandes virtudes detrás de la cámara, y a pesar de un ritmo lento en momentos, nos convence con una impactante historia perfectamente coreografiada, que sigue los compases de una excelente música ambiental. El film guarda su mejor arma en la espectacularidad visual de sus escenas, que recrean de manera intensa, una historia terrorífica, de ambiente enfermizo y depresivo, que nos adentra en un escenario desolador, donde el mal coge todo el protagonismo. Una historia de fantasmas que mira a los grandes nombres del fantástico asiático, como Siu-Tung Ching, Hideo Nakata o del propio Shimizu, pero que innova en cuanto a la escenificación de los personajes. Terroríficas apariciones, suicidios, luchas cara a cara contra el Mal, fantasmas de pelo largo, y hasta vampiros, que nos acompañarán hasta un rigor mortis cinéfilo que se desvela en los últimos compases. Una gran obra sin desperdicio.

«Upstream Color» (Shane Carruth, 2013) por Daniel Espinosa

El segundo largometraje de Shane Carruth prometía no defraudar y así ha sido merceda poseer una fotografía impecable, una banda sonora envolvente y una historia que rebosa emoción pero, aunque en un principio no se observe ningún problema, hay uno y bien gordo, el método narrativo empleado, y es que la costumbre lineal que se da en el cine comercial (por la cual el espectador común descarta visionar propuestas sumamente interesantes al no respetar dicho estándar) en la que abundan los primeros planos explicativos y el abuso explicativo de la trama (todo un insulto para la inteligencia que lejos de ser mal considerado se agradece al no tener que usar las neuronas para hallar respuestas) no se da en Upstream color, escaseando en ésta los diálogos y primando los silencios (así como los sonidos ambientales, por lo que cobra especial relevancia el sonido envolvente del cual está provisto una sala de cine, siendo propicio en su defecto disponer de unos buenos auriculares para proceder al visionado doméstico) en sustitución de inservibles palabrerías para vertebrar la historia; cabe indicar que se trata de una obra desbordante, abstrusa y muy compleja a nivel estructural, un rompecabezas en el que faltan la mitad de las piezas (de hecho las pocas que se van atisbando apenas parecen encajar y se desvanecen por momentos), poniendo a prueba los cinco sentidos (e incluso un sexto si existiera) para poder retener la mayor cantidad de detalles posibles y aun así es muy probable que la mitad de la intríngulis pase sin tan siquiera darse cuenta, por lo que es recomendable, si se tiene la oportunidad, verla una segunda vez en aras de entenderla (y apreciarla) como es debido, pues la memoria es selectiva y elimina por defecto todos los fragmentos que no se han podido interpretar (puede que porque hasta el final no se tiene toda la información necesaria para fraguar conjeturas o simplemente por falta de atención), facilitando la revisión la percepción de detalles que una vez captados parecen obvios pero que en una primera ocasión pasaron completamente por alto. (Leer crítica completa…)

«Byzantium» (Neil Jordan, 2013) por Gorka Moreno

Un año más vuelve el Festival Internacional de cine fantástico de Sitges, y con el las nuevas propuestas, la aparición de prometedores realizadores y la vuelta al candelero de viejas glorias. En este último apartado podríamos colocar la película a la que dedico estas lineas. “Byzantium” es la nueva aportación que hace Neil Jordan al género vampírico. Un mundo en el que ya nos adentramos  de su mano en la aplaudida “Entrevista con el Vampiro”, adaptación de la novela de Anne Rice.

“Eleanor y Clara, dos mujeres misteriosas y sin dinero, abandonan el escenario de un crimen violento y llegan a un resort costero hundido. Intentarán buscar dinero y refugio a lo largo de la costa y los hoteles ruinosos. Clara, siempre práctica, venderá su cuerpo. Pronto conocerá al tímido y solitario Noel, quien les dará un techo sobre sus cabezas en su desastrado hotel, Byzantium”.

Al ver “Byzantium” es inevitable buscar los paralelismos con “Entrevista con el Vampiro”. De la misma manera que en esta última, nos volvemos a encontrar, en esta ocasión es una joven vampira, al protagonista contándonos sus andanzas por el mundo de lo vivos, tampoco falta la relación amor-odio con su creadora. Este argumento bajo la dirección de Neil Jordan debería ser suficiente aliciente para atraernos a las butacas de las salas de cine. El problema es que esta vez la formula no funciona, ese bizarrismo y promiscuidad que envolvía la historia protagonizada por Lestat, es sustituido por una historia de amor entre adolescentes que baila al ritmo de la saga “Crepúsculo” dando como resultado una historia decepcionante y que no aporta absolutamente nada, a parte de  unas dos horas de metraje aburridas y tediosas. (Leer crítica completa..)

«Hell Baby» (Robert Garant y Thomas Lennon, 2013) Por Daniel Espinosa

Como regla general, el cerebro es eficiente y trata de trabajar lo justo sin malgastar recursos que puede distribuir en otras tareas, y es que en el mundo en el que el ser humano vive rodeado de estímulos perturbadores por doquier (tráfico, publicidad, vecinos escandalosos, obras… y de otros no tan evidentes pero que saturan los sentidos) categorizar es un proceso necesario que es de gran ayuda para no perder la cabeza, siendo la ventaja de todo ello que se consiguen agrupar conjuntos de impulsos en otros mayores con el inconveniente de que en ningún caso está libre de error apreciativo (aunque pueda sonar muy filosófico lo cierto es que lo expuesto se podría resumir en que uno ya desecha de forma innata aquello que percibe desechable y se centra en lo que le llama la atención por un motivo u otro); trasladando lo explicado anteriormente al territorio del cine en referencia a los tipos de género en los que se divide (que no dejan de ser meros estratos para simplificar y tener un criterio sólido a la hora de referenciar) apareció hace pocos años y en un contexto casi exclusivo el de las zomedias como resultado de una combinación de dos géneros muy distanciados, casi antagónicos dadas sus características y las emociones que tratan de suscitar, la comedia y el terror (suele tratarse del subgénero de los no muertos pero no tiene por qué ser así, como es el caso que ocupa), encontrándose en este filme, de nuevo, esta extraña mezcla de sobresaltos y algunos momentos (a priori) desternillantes. (Leer crítica completa…)

«100 Bloody Acres» (Colin y Cameron Cairnes, 2013) por David Solé

Una nueva cinta australiana llegaba al festival de Sitges, ésta vez, en forma de sangrienta y divertida comedia de terror, protagonizada por dos torpes rednecks, que en algún lugar de la Australia profunda llevan un insólito negocio de piensos y fertilizantes. “100 Bloody Acres”, de los hermanos Colin y Cameron Cairnes, la cual pudimos ver en la maratón ‘La Nit + Killer’ junto a títulos como “An American Terror” y “Hatchet III”, trata de emular en muchos aspectos la misma fórmula que en 2010, el realizador Eli Craig explotó de manera sublime con la divertidísima y original “Tucker & Dale vs Evil”, (cinta que se convirtió al instante en una extraordinaria pieza de culto).

Pero en la cinta que nos presentan los hermanos Cairnes, costará encontrar aquel humor tan pegadizo y aquellas macabras sorpresas que daban un sentido original a la cinta de Craig, ya que aquí todo está de alguna manera más forzado, y la acción tarda demasiado en arrancar, aunque cuando lo hace, el divertimento y las escenas gore realzan un estimable trabajo a tener en cuenta. Unos personajes principales que poco a poco se van haciendo con el espectador, mucho menos carismáticos que Tucker y Dale, pero cuya torpeza y humor negro, mostrará secuencias realmente graciosas, que estarán acompañadas por los ritmos sureños y los acordes de viejos banjos.

“100 Bloody Acres”, fue recibida con risas y aplausos en el Retiro de Sitges, por un público entregado a la causa, quienes buscaban una comedia fácil de digerir, llena de divertidas y sangrientas escenas, que rememorara toda la mala leche que Herschell Gordon Lewis nos mostró en la mítica “2000 Maniacos” (1964).

«Hatchet III» (B.J. McDonnell, 2013) por Daniel Espinosa

El veterano operario de cámara partícipe en cintas tan dispares como la frenética Jack Reacher (la enésima demostración de que Tom Cruise es inmortal) y la celebrada revisión de Halloween 2 (curiosamente propiciadora de tantas buenas críticas de la prensa especializada como descontentos por parte del público mundano), BJ McDonnell, acepta el reto de tomar el relevo de Adam Green (responsable de las dos antecesoras, estrenadas directamente en formato doméstico en dos mil seis y dos mil diez respectivamente, que ahora se conforma con escribir el guión, tarea que también firmó en aquellas) para dirigir Hatchet III, la tercera parte de la incombustible franquicia en la que la sucesión de lindezas fílmicas tales como “vamos a empezar a juntar cuerpos por aquí” en el escenario de una reciente masacre en la que yacen multitud de restos de cuerpos resultan chistosas hasta el momento en el que llegan a ser tan desagradables que repugnan (si admirar testículos colgados en la rama de un árbol no produce dicha repulsión conviene hacérselo mirar), y es que la excentricidad y extrema dureza visual vuelven a ser los puntos fuertes de una obra que nada tiene que envidiar a grandes producciones en cuanto a imaginativo y consumación de propósitos se refiere (no es atrevido afirmar que son escasos los objetivos marcados pero se logran). (Leer crítica completa…)

 

RESEÑAS BREVES (BRUNO DÍAZ)

«Hatchet III» (B.J. McDonnell, 2013)
Tercera entrega de la saga protagonizada por Victor Crowley. Aunque algo inferior a la segunda parte, consigue lo que se propone, entretener y divertir; lo logra gracias a no tomarse en serio a sí misma en ningún momento, a un gran sentido del ritmo, sus constantes guiños al slasher clásico y sobre todo a las espectaculares muertes que se suceden sin tregua. Recomendable para amantes del slasher.

«Bad Milo» (Jacob Vaughan, 2013) por Bruno Díaz
Entretenida pero inofensiva película deudora de Frank Henenlotter y el espíritu de la Troma. Llena de gags escatológicos, pasas un rato divertido pero no aporta mucho mas.

«Upstream Color» (Shane Carruth, 2013)
Pretencioso e irritante segundo largometraje de Shane Carruth. Continua la línea de su primera obra pero incide y multiplica sus defectos. De carácter experimental, la torpeza narrativa y el intento de confundir al espectador hacen que su pedante historia no contenga ningún interés. A evitar.

«Byzantium» (Neil Jordan, 2013)
Regreso de Neil Jordan al tema vampírico y al terror. Mucho menos afortunada que las obras pretéritas del director, la película se mueve entre dos tiempos, siendo la parte decimonónica la mejor ya que en ella el director pueda dar rienda suelta a su particular visión del género. Por el contrario, la parte contemporánea avanza con torpeza y está lastrada por innecesarios apuntes románticos tan propios del género vampírico actual. Contiene un par de secuencias de acción algo raras en su filmografía, siendo la primera excelente.

«Miss Muerte» (Jesus Franco, 2013) por Bruno Díaz
Fascinante obra del primer Jesús Franco que abrió puertas hasta ese momento inéditas en el cine fantástico español y donde encontramos ya todos los ingredientes que luego se convirtieron en su sello de autor. Imprescindible para entender el fantástico español.

«Hell Baby» (Robert Garant y Thomas Lennon, 2013)
Divertida comedia de clara voluntad auto paródica y feista estilo inspirado de manera consciente en las populares sitcoms norteamericanas de los 80. Si bien la primera hora divierte, su último tercio pierde fuelle debido a la repetición de ideas. Distraída y nada más.

 

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