«Open Grave» Estimable regreso de López-Gallego al festival (Sitges 2013)

Son de admirar los cineastas (ya sean patrios o no) que, sin complejos, se lanzan a la conquista hollywoodiense cruzando por el desprestigio que la propia nacionalidad les confiere las fronteras, Gonzalo López es uno de esos directores a los que hay que reconocer su valentía, pues llegó al Sitges Film Festival (concretamente en su edición del dos mil siete) con El rey de la montaña para volver a hacer lo propio cuatro años después con su primer filme de corte internacional, el falso documental de ciencia ficción y terror en el espacio Apollo 18, labrándose un respeto tan merecido como permanente, pues su nuevo trabajo compite en la presente edición de tan prestigioso certamen en la sección oficial, consolidándose como un habitual del mismo y como un autor muy a tener en cuenta estando limitado el disfrute en esta ocasión a aquellos buscan un metraje con el que entretenerse un buen rato; así, el recién llegado guionista Chris Borey, con la complicidad del director español, elabora una historia llena de suspense y cierto terror que empieza con fuerza pero que hacia su ecuador pierde gran parte del ritmo que presentaba hasta entonces, siendo a partir de ahí una especie de vehículo que trata de subir una cuesta (muy empinada por cómo se ha construido el sustento) a medio gas, algo a lo que la música lenta no acompaña demasiado bien a las imágenes, por lo que termina por relajar (no se presume premeditada pero sí involuntariamente) al tornarse la trama, ciertamente interesante, en un escaso frenetismo de cierta intriga que deriva en una resolución inesperada pero tramposa, pues la sostenible trama no deja de ser la clásica historia de zombies explicada al revés al estar descubierta la oportuna cura desde el principio aun obviándose por desmemorización. (Leer crítica completa…)

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