Gonzalo López-Gallego presente en la 6ª jornada – Cobertura Especial Sitges 2013 –

Traspasado el ecuador del festival, en la sexta jornada nos esperan películas tan interesantes como la dirigida por la directora francesa Marina de Van, «Dark Touch», con la que nos adentra al terror más intenso, con una historia sobrecogedora de tintes sobrenaturales. El director madrileño Gonzalo López-Gallego, presenta en el festival “Open Grave”, intenso thriller de supervivencia que nos introduce en una historia adrenalítica y sorpresiva, donde un grupo de desconocidos tendrán que hacer frente a la terrorífica situación.

Por otro lado, Ari Folman nos trae «The Congress», una cinta extraña, surrealista y tremendamente moralista, interpretada por Robin Wright Penn, Paul Giamatti, Harvey Keitel y Frances Fisher. El debutante E.L. Katz, presenta «Cheap Thrills», comedia negra que plantea las posibles y degradantes consecuencias de una situación tan de actualidad como es la crisis económica.

Como otras propuestas destacables para el día de hoy, mencionar «Mala» del uruguayo Israel Adrián Caetano, película que toca el tema de la violencia de género, y que se desarrolla por un entramado complejo y tremendamente arriesgado. Y por último, destacar la proyección de «V/H/S 2», segunda entrega de las supuestas grabaciones domésticas reales encontradas, cinco violentas piezas que en ésta ocasión están dirigidas por Gareth Evans, Eduardo Sanchez, Jason Eisener, Timo Tjahjanto, Gregg Hale, Adam Wingard, Simon Barrett.

 

COBERTURA DEL SEXTO DÍA DE FESTIVAL

Open Grave (Gonzalo López-Gallego, 2013) por Daniel Espinosa

Son de admirar los cineastas (ya sean patrios o no) que, sin complejos, se lanzan a la conquista hollywoodiense cruzando por el desprestigio que la propia nacionalidad les confiere las fronteras, Gonzalo López es uno de esos directores a los que hay que reconocer su valentía, pues llegó al Sitges Film Festival (concretamente en su edición del dos mil siete) con El rey de la montaña para volver a hacer lo propio cuatro años después con su primer filme de corte internacional, el falso documental de ciencia ficción y terror en el espacio Apollo 18, labrándose un respeto tan merecido como permanente, pues su nuevo trabajo compite en la presente edición de tan prestigioso certamen en la sección oficial, consolidándose como un habitual del mismo y como un autor muy a tener en cuenta estando limitado el disfrute en esta ocasión a aquellos buscan un metraje con el que entretenerse un buen rato; así, el recién llegado guionista Chris Borey, con la complicidad del director español, elabora una historia llena de suspense y cierto terror que empieza con fuerza pero que hacia su ecuador pierde gran parte del ritmo que presentaba hasta entonces, siendo a partir de ahí una especie de vehículo que trata de subir una cuesta (muy empinada por cómo se ha construido el sustento) a medio gas, algo a lo que la música lenta no acompaña demasiado bien a las imágenes, por lo que termina por relajar (no se presume premeditada pero sí involuntariamente) al tornarse la trama, ciertamente interesante, en un escaso frenetismo de cierta intriga que deriva en una resolución inesperada pero tramposa, pues la sostenible trama no deja de ser la clásica historia de zombies explicada al revés al estar descubierta la oportuna cura desde el principio aun obviándose por desmemorización. (Leer crítica completa…)

Dark Touch (Marina de Van, 2013) por Daniel Espinosa

Si por algo se ha distinguido Marina de Van a lo largo de su corta carrera (apenas cuatro largometrajes) es por construir enigmáticos puzles a partir de relatos tan oscuros como perturbadores, algo que trata (con desacierto) de repetir en Dark touch tras un brutal estallido de violencia evoluciona hacia territorios ambiguos y, es más, indiferentemente tratados, lo cual es una indeseable novedad en la cineasta de origen francés al haber tratado con escrupulosa profesionalidad los argumentos de Dans ma peauNe te retourne pas y Le petit poucet en dos mil dos, dos mil nueve y dos mil once respectivamente, apostando en esta ocasión por una insultante propuestas de tintes sobrenaturales sin sentido alguno (el carácter en cuestión está mal introducido y nulamente razonado), resultando destacable solamente el ardiente (no por tórrido sino por ser el fuego parte activa) desenlace, y más por ofrecer la oportunidad de disfrutar con la agónica muerte de unos personajes que durante noventa minutos (a excepción de algún que otro compás salvable)  desesperan con su tediosa presencia al espectador más paciente, abandonando la quimérica empresa concesiva los menos esperanzados en la mejoría de la trama con el transcurso de la historia a los cinco minutos al saberse con certeza ya que nunca acontecerá la misma; no obstante, sería injusto no destacar la notable fotografía deJohn Conroy y su paleta de azul nocturno y siniestro junto con el rojo de la mayormente ausente sangre provocada por la telequinesia a raíz de la presentación de traumas infantiles (exacto, nada tiene que ver una cosa con la otra pero ésta es la única conexión que guardan ambos asuntos) en un retorcido psicodrama en el que algunos de los interrogantes que abre respecto a las motivaciones de los personajes o el origen de las facultades de la pequeña protagonista no tendrán una respuesta explícita sino que recaerá en las manos del espectador el deber de extraer las conclusiones, lo cual se antoja detestable al no justificarse apenas lo acontecido como para poder fundamentar la forzada opinión que se urda. (Leer crítica completa…)

V/H/S 2 (Gareth Evans, Eduardo Sanchez, Jason Eisener… 2013) por Daniel Espinosa

V/H/S 2 podría haberse convertido instantáneamente en el más inmediato ejemplo del narcisismo que parece primar en la sociedad actual, considerado por la sociología, la psicología, la psiquiatría social, la filosofía y las diferentes vertientes del análisis cultural como una categoría capaz de explicar la deshumanización o despersonalización que interioriza comúnmente el hombre contemporáneo al estar inmerso en una sociedad en la que el individualismo competitivo prima sobre la categoría periclitada que antaño no podía dibujar al hombre sin una concesión de dignidad metafísica haciendo que la realidad se fragmente al estar impregnada de una telaraña psicoanalítica absorbida en un inmanentismo de la antropología freudiana sin apenas advertirlo; sin embargo, y aunque las cinco piezas que componen el laborioso filme se presentan como grabaciones domésticas reales encontradas con posterioridad de manera fortuita (razonamiento inconcebible a tenor del análisis que suscita el metraje en cuantiosos momentos al narrar los acontecimientos en primera persona de manera subjetiva, poniendo al público en el propio cuerpo del personaje y no en la anunciada cámara que éste porta), el apenas esquemático desarrollo del planteamiento inicial logra esquivar tan indeseable encasillamiento hasta el punto de ser inusualmente impredecible en gran medida gracias al desenfado y exageración con el que son resueltas las situaciones propuestas, interrelacionadas por un siempre presente (y activo) destino mortífero. (Leer crítica completa…)

 

RESEÑAS BREVES (Bruno Díaz)

«On the Job» (Erik Matti, 2013)
La última película de Eric Matti trata de aportar sangre fresca al noir oriental y cae en los tópicos vistos mil veces desde el renacimiento del género que propicio Andrew Lau hará 20 años. No ofrece nada nuevo, te la ves venir, la dirección es tosca y acaba aburriendo hasta a las piedras. Solo para incondicionales.

 

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