«The Battery» una de zombies descafeinada
Ha quedado más que demostrado a lo largo de la historia del séptimo arte que con pocos recursos pueden conseguir elaborarse grandes obras (de hecho el estar limitado en cuanto a medios magnifica en el autor en cuestión, si lo posee, el potencial imaginativo), pero The Battery no es el caso, y es que el predominante aburrimiento (los largos silencios son insoportables y las conversaciones al más puro estilo Quentin Tarantinono profundas sino banales) ensombrece por completo los aciertos (escasos pero lo hay, por supuesto) de Jeremy Gardner tras las cámaras, quien ha errado estrepitosamente su planteamiento desarrollando equivocadamente un argumento que de tan primitivo podría haber resultado cuanto menos curioso (muchos comentarios son, en efecto, muy sugerentes aun no suponiendo más que chistosas suposiciones como la que sostiene que la fuente de la infección de la pandemia que se ha extendido mundialmente son unos olorosos calcetines); comparar los lamentos de los no muertos con la lluvia que cae sobre el tejado de una casa y afirmar que ambos sonidos son igual de relajantes es una opinión tan subjetivamente válida (la convicción que adopta quien profiere tal símil en la trama es enorme) como la cámara que recoge la (poca) acción en todo momento (una que convierte la tercera persona en primera cuando no conviene), elección fílmica que desentona con el meticuloso minimalismo que prima en una historia en la que las situaciones que los espacios reducidos pudieran ofrecer no se exprimen para nada (el mejor ejemplo de ello es el encierro en un coche que ocupa prácticamente el cuarto final del metraje en el que no se suceden más que propuestas de distracciones tan recurrentes como desesperantes que culminan con el acuerdo de morir al día siguiente, pacto que surge de la embriaguez propia de una fiesta celebrada por dos amigos, inapropiado jolgorio que de hecho se extiende al resto de la película quedando la sensación de haber presenciado una despedida de soltero y no una mortífera invasión), aconteciendo el resto en decorados que solamente han precisado ser desalojados para emplearse como apocalípticos (insuficiente estrategia al no suponer sumatorio alguno). (Leer crítica completa…)