2001 Maniacos (2005)
Simpático remake del clásico que Herschell Gordon Lewis filmara en 1964, que contaba ya con una gran dosis de gore gamberro y explícito. El film actual, escrito y dirigido por Tim Sullivan, que de este modo realiza su trabajo más importante hasta la fecha, consigue lo que los fans del título original queríamos, ya que logra mantener el espíritu clásico de la historia, no solo en la ambientación, los decorados o las vestimentas de los personajes, sino que también lo demuestra en el cuidado que ha sabido tener al no estropear la esencia principal y lo que representa para muchos el film de Lewis, sin introducir músicas o elementos demasiado actuales.
Estaba claro que ésta nueva versión tenía que poseer elementos del cine de ahora y había que dotarlo de una imagen más comercial, como se puede ver en los personajes principales, que a diferencia del film de Lewis aquí son mucho más jóvenes, adecuando de esta forma la historia hacia una estética más moderna, creando una teennage movie con regusto clásico, de este modo la transformación esta hecha con medida y buen gusto.
2001 Maniacos, no tarda en demostrar su valía en el apartado cómico, mostrando las locuras y gamberradas que los jóvenes protagonistas realizan, o en la breve aparición del director Eli Roth, un cameo lleno de gracia interpretando a un loco auto estopista acompañado de su perro y un maltrecho armadillo. El humor negro continua de la mano de los variopintos habitantes de Pleasant Valley, donde podemos ver desde un tipo que anda todo el día con los pantalones caídos detrás de una oveja, con la cual tiene más que palabras, una pareja de jovencitas que se pasan toda la película poniendo cachondo a uno de los chicos, o los dos tipos que repiten una y otra vez una típica canción sureña, persiguiendo a la gente con sus banjos. Un personaje a destacar es el Mayor Buckman, un Robert Englund aceptable, que da calidad al film, un actor que sin ser nada del otro mundo despierta una gran expectación, aquí con un atuendo de la época y un parche de la bandera del sur en el ojo. El director John Landis también aparece unos minutos en el film, como el profesor Ackerman.
En cuanto al gore y las imágenes cargadas de sustancia e higadillos, podemos ver en los primeros minutos una secuencia graciosa y bastante animal que protagoniza el cantante de Country Travis Tritt, con una apariencia más salvaje de lo habitual. Más tarde, ya en el pueblo de Pleasant Valley, cuando empieza la juerga y los juegos macabros, los jóvenes que han llegado allí engañados comienzan a sentir en sus carnes la verdadera hospitalidad de los sureños, desmembramientos, empalamientos, ácido corrosivo, extracciones oculares, todo ello con el sexo de telón de fondo, algo que llena el film prácticamente de principio a fin. El trato del gore es estupendo, demostrando así el buen trabajo del equipo de efectos especiales, que nos ofrece imágenes de estupenda calidad.
En definitiva, el film de Sullivan se presenta como una buena atracción para los amantes del splatter más genuino, el cual no se si superará o no a la versión original, pero lo que está claro es que ofrece diversión, humor y sangre, algo que la gente busca en este tipo de películas. Un correcto y adecuado remake que llega en tiempos en que las innecesarias secuelas y remakes de películas ocupan gran parte de las salas de cine.
El momento: Una de las imágenes más buenas del film, es uno de los macabros tratos que los sureños hacen con los jóvenes, cuando una chica es totalmente desmembrada, secuencia con todo lujo de detalles.
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