Aparecidos (2007)
El debutante director Paco Cabezas, realiza un magistral ejemplo de como es posible hacer historias de horror coherentes e interesantes en nuestro país, donde la mayoría de las producciones de género dejan mucho que desear o son terriblemente aburridas y comerciales, haciendo mucho ruido y pocas nueces. Por suerte, de vez en cuando llegan películas de enorme calidad como ésta, que por cierto, escribe el propio Cabezas.
De entrada, la película protagonizada por Ruth Díaz y Javier Pereiara, es quizás un desconcertante y aburrido despropósito de diálogos e interpretaciones insípidas entre los dos personajes, que recuerdan a las series de televisión como ‘Hospital central’ o ‘Al salir de clase’ de donde vienen los actores. Pero por suerte, esto solo dura unos cuantos minutos, y a medida que avanza la cinta esas deficiencias, y otras como tópicos de las cintas de terror, se van diluyendo a base de buenos propósitos que consiguen enganchar al espectador y atarlo a la butaca.
La trama principal, se basa en el viaje de dos hermanos en busca un pasado desconocido para ellos, que luego se volverá en su contra, siendo entonces éstos los perseguidos. Las carreteras de la Patagonia son testigos de ésta persecución, y a la vez, resultan algo bello y atractivo para el film.
El desconcertante diario que los personajes encuentran, pieza clave en el metraje, y los fenómenos extraños que comienzan a ocurrir, que además coinciden letra por letra con lo escrito en él, comienzan a animar la película, momento en el que Paco Cabezas, tras unas escenas en determinado, juega con un terror oculto que en todo momento vemos a medias, llenando de curiosidad al espectador. El film se va introduciendo poco a poco en un enrevesado cuento, que lejos de aclararse se complica aún más para los protagonistas, que se hallan en una terrorífica road-movie de fenómenos paranormales, que curiosamente contiene un par de escenas como la de la carretera y la del bar, que recuerdan al film de Victor Salva ‘Jeepers Creepers’ (2001).
Además, Paco Cabezas, que rodó la película en Argentina no por casualidad, añade al film un determinante suceso histórico que utiliza para ambientar la historia a un terror aún más real, haciendo referencias a lo sucedido en aquel país en los años setenta, donde miles de personas desaparecieron y sufriendo a manos del gobierno por diferencias políticas e ideológicas, torturas y demás salvajismos, el director realiza una crítica social a lo ocurrido en un momento dramático de la cinta.
Todo ello nos llevará a un final sobrecogedor en el que nos aguardan sorpresas, explicaciones y revelaciones, así como torturas físicas y mentales, que terminan por completar una excelente combinación entre pasado, presente y futuro, de un terror que el director consigue plasmar de manera comprensible gracias a una trama interesante.
El momento: Una escena interesante que es de alguna forma la imagen del film, cuando la niña perdida se eleva en el aire ante los dos hermanos.
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