Avatar (2009)
Mucha especulación había generado Avatar desde sus inicios por suponer el regreso de un gran director como es James Cameron a la gran pantalla. Es por ello que en el filme sea tan palpable parte de su esencia mediante las claves de sus anteriores filmes: Marcado protagonismo de papeles femeninos, el color azul como el más empleado, la cercanía de la cámara a los personajes en las escenas de acción –muy elaboradas siempre- con el fin de crear un sentimiento de agobio al espectador… etc
Pero si algo hará que esta película perdure será, sin duda, la revolución que supone en cuanto a técnica de captura de movimientos. Cameron maneja el 3D como nunca antes se había visto acompañado de unos efectos digitales capaces de expresar la más mínima emoción, tanto de los seres que pueblan Pandora como del inmenso mundo que les rodea, recreado con todo tipo de detalle.
Cuando era pequeño recuerdo que cada película de ciencia ficción / fantástica era una inmersión en un mundo distinto. Allí estaba yo con mi coca cola y mi cubo de palomitas, viajando por mundos increíbles. Y aunque ya en los 90 aparecieron efectos especiales nunca vistos (como es el caso de Parque Jurásico o, por decir una de Cameron, Titanic) a la larga cada vez eran menos las películas que conseguían meterme de lleno en ellas. Digamos que crecí; crecí y cada vez que veía algo imposible soltaba la omnipresente frase: “Vaya efectos especiales más buenos”. Con Avatar he de decir que ha sido como un viaje a mi niñez, a esas horas en las salas de cine sumergiéndome por completo en otro mundo y aunque eso no consigue convertirla en una obra maestra, se agradece.
Los protagonistas no podían haberse elegido mejor, Worthington, Rodríguez y sobretodo Weaver plasman a la perfección sus roles, con actuaciones que no decaen en ningún momento y que sirven al espectador para adentrarse, todavía más si cabe, en este mundo fantástico. Tal vez lo que le falte sea cierto nivel de realismo, me explico, cuando alguien ve Avatar la idea más palpable o gran moraleja es la amenaza al medio ambiente que supone el ser humano de no ser controlado, hasta ahí todo bien, el problema lo encuentro a la hora de expresarlo ya que se sigue el esquema de la típica película de acción “yankie”, es decir: Un grupo de héroes superbuenos que siempre toman la decisión correcta frente a un grupo de supervillanos que solo piensan en destruir, conquistar y matar inocentes. Se echa en falta algo de realismo en la forma de actuar pues, eso sin contar con el hecho de que es muy predecible en todo momento.
En cuanto a la fotografía como a la puesta en escena cumple con creces. Cierto es que Cameron cuida mucho este tipo de detalles en cada fotograma de sus películas y aquí no iba a ser menos. Esta vez casi todo lo genera el ordenador lo que proporciona todavía más nivel de realismo a la acción.
Recapitulando, Avatar es una película de una enorme calidad técnica que revoluciona el concepto de captura de movimientos como el del 3D y que cuenta con unas buenas interpretaciones. Se le reprocha sin embargo que sea tan predecible a lo largo de la aventura que supone ponerse esas gafas 3D y dejarse llevar para, aunque sea solo por 2 horas y media, vivir en un mundo de fantasía. Para volver a ser niño otra vez.
Recomendable para todo el mundo, en especial a los amantes de la ciencia ficción. No lo dudéis, esta es vuestra película del año.
Reportaje especial: ‘Avatar. Cuando el humano es el Alien’
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