Cuando llama un extraño (2006)
Una estudiante universitaria se pierde una gran fiesta con sus compañeros, ya que se dirige ha cuidar a los hijos pequeños de una familia adinerada. La inmensa casa del matrimonio, situada a las afueras de la ciudad, posee todo tipo de lujos, modernidades y un sistema de alarmas conectadas directamente con la policía local, cosa que hace estar segura y entretenida a la joven.
Pero cuando cae la noche, la chica comienza a recibir extrañas llamadas que parecen ser bromas de sus compañeros, quienes entre risas y alcohol se lo están pasando en grande.
Pero más tarde, la joven comenzara a darse cuenta de que las llamadas van en serio y comienzan a asustarla. Tras llamar a la policía se darán cuenta de que las amenazantes llamadas están siendo realizadas desde el interior de la casa.
No es de extrañar, que a muchos espectadores el film de Simon West les recuerde a uno de los prólogos más angustiantes y bien realizados de los últimos años, el que daba pie a la exitosa “Scream, vigila quien llama” que Wes Craven llevo a cabo en 1996, con una corta pero intensa interpretación de Drew Barrimore, ya que el veterano director se inspiró en la versión original del mismo nombre que Fred Walton dirigió a finales de los 70.
Un remake algo diferente al clásico a pesar de mantener gran parte de la trama principal, el director ha tenido que adaptarla forzosamente a los nuevos tiempos añadiendo un aire más adolescente al film, quitando la parte dramática que el clásico posee, riesgo que quiso correr el director encasillando y cayendo en la fácil comparación con producciones recientes como “Se lo que hicisteis el último verano”, entre otras, creando un film de los llamados teen movie, nada que ver con la película original, que se mostraba más adulta en este aspecto.
Pero el film que lleva a cabo West, no defrauda y consigue lo que en su día hiciera Fred Walton con el original, un inquietante climax de suspense que comienza cuando la joven babysitter recibe la primera y misteriosa llamada telefónica, que se mantiene y dura hasta el desenlace final, unos momentos cargados de tensión y acompañados de un incesante sonido ambiental que logra poner si cabe más tensión al film.
Quizás la trama no sea del todo novedosa y se muestre una historia algo explotada para los tiempos que corren, además, se alarga demasiado lo que Fred Walton hizo en veinte minutos en su film original, e inevitablemente esto no gustara a los que en su día elogiaron al clásico de 1979, pero nos hallamos ante un remake que ofrece un intrigante y efectivo resultado, componiendo unos de los mejores que he podido ver desde que comenzara esta febril oleada de copias y clones de clásico en su mayoría innecesarias.
El trabajo de la joven protagonista, la actriz Camilla Belle, es correcto, haciendo en todo momento creíble la angustiante situación que su personaje está viviendo, trasformando su cara infantil en un rostro de pánico. La actriz lleva prácticamente todo el peso de la película, en la que apenas tres o cuatro actores más la secundan. Destacar el escenario, una inmensa casa que de tan moderna y sofisticada consigue ponerte nervioso, un lugar apartado y rodeado de arbustos ideal para los asesinos más clásicos.
En definitiva, el film se muestra interesante a pesar de que indiscutiblemente no llegue a la altura del clásico del que se basa, los que hayan visto el original, no darán ni un duro por ella, pero hay que reconocer que están hechas para épocas distintas y ambas consiguen lo que se espera de ellas, ritmo, tensión y un correcto desenlace.
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