La Trampa del Mall (Devil, 2010)
Un grupo aparentemente inconexo de personas, quedan atrapadas en el ascensor de un lujoso edificio de oficinas. El nerviosismo de encontrarse encerrados durante tanto tiempo y la inquietud por el desconocimiento sobre la identidad de los demás, se juntará con los constantes apagones y las muertes que comenzarán a sucederse dentro del ascensor.
La cinta está dirigida por John Erick Dowdle, quien logró una interesante aunque calcada versión de la española [Rec] en «Quarantine», responsable también del psychokiller en formato de falso documental «The Poughkeepsie Tapes», una cinta realmente siniestra. El director nos brinda en «Devil», un juego psicológico que da comienzo con una acción simple y cotidiana de un grupo de personajes, junto a los que vamos viendo como todo se complica en algo tan oscuro como premeditado. El guión, que corre a cargo de Brian Nelson (Hard Candy, 30 Days of Night), resulta ameno y entretenido, y ofrece buenos momentos de tensión. Y aunque su entramado no contenga demasiadas complicaciones de entendimiento, su interesante desarrollo, que trasladará constantemente la acción de dentro a fuera del ascensor, permite que la historia no resulte ni aburrida ni incomprensible.
Quizás, se eche en falta en la cinta, algo más de protagonismo al típico nerviosismo de la claustrofóbica situación, como resultado de quedar encerrado en un ascensor, un elemento que Dowdle sin hacer demasiado hincapié, lo utiliza para que la tensión crezca entre los personajes. Desconfianzas, discusiones, peleas, e incluso asesinatos en apenas 2 metros cuadrados, que gracias a los constantes apagones de luz de algún problema mecánico ‘sobrenatural’, dejan estos para nuestra imaginación. La cinta se mueve entonces entorno al temor por el comportamiento de los personajes ente sí, y las constantes sospechas de quién está detrás de todo. Fuera del ascensor, miembros de seguridad y agentes de la policía investigan la identidad de los personajes a través de la cámara de seguridad, aportando la acción y las cábalas de ésta intrigante propuesta.
Para terminar, decir que la trama nos guardará, como era de esperar, una sorpresa final que se debate entre lo terrenal y lo sobrenatural, que se desarrolla sobre una dramática historia que incluso deja algunos cabos sueltos para analizar lo sucedido. Una interesante propuesta que logra entretener a través de un macabro y simple juego entorno al ¿Quien es quién?.
«La trampa del mal», entrará a formar parte de aquellos títulos que en mayor o menor medida, han utilizado los ascensores para mostrar o transmitir situaciones terroríficas. (Véase, «The Eye», «Resident Evil», «Destino Final 2», «Dark Watter», o aquella cinta que en el antiguo formato VHS, se alquilaba en los video clubs hace unos cuantos años llamada «The Lift» (1983) de Dick Maas (Amsterdamned, 1988) que incluso tuvo una secuela en 2001.
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