El Almuerzo Desnudo (1991)

argumento

El escritor Bill Lee dispara accidentalmente a su esposa Joan en una imitación casera de Guillermo Tell. Tras el suceso, Bill huye a un lugar llamado la Interzona, donde entrará en contacto con extraños personajes, entre los que se encuentran el matrimonio formado por Tom y Joan Frost. Joan se parece físicamente a la esposa muerta de Bill, y este iniciará una relación con ella al mismo tiempo que escribe una novela titulada “El Almuerzo Desnudo”.

Almuerzo DesnudoAlmuerzo Desnudo

critica

William Burroughs es uno de los autores más paradigmáticos de la literatura underground surgida en la década de los 60 en los Estados Unidos. Aunque no he leído ninguno de sus libros, es fácil conocer datos relativos a la persona y obra del escritor; entre ellos, que su estilo narrativo es un tanto libre, llegando al punto de que alguna de sus novelas puede leerse desordenadamente; que su escritura estaba influenciada por el consumo de drogas y una homosexualidad un tanto obsesiva; la anécdota real de la muerte de su esposa, a causa de una imitación trágica de Guillermo Tell por parte del propio escritor, sustituyendo la ballesta de aquel por una pistola; y otros datos parecidos.
Es fácil entender por que Cronenberg se sintió atraído por un universo literario en el que la realidad y la ficción se confunden continuamente, y en el que tienen cabida las acostumbradas obsesiones del realizador por la carne y sus transformaciones.

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La adaptación cinematográfica de la novela “El Almuerzo Desnudo” realizada en 1991 por Cronenberg indaga en los temas más habituales en el cine del realizador: la perdida de la identidad personal; la sexualidad confusa de sus personajes, entendida como una enfermedad; las transformaciones de la carne, que dan paso a una “Nueva Carne”; la abolición de las líneas que separan realidad física y realidad mental; las adicciones, etc.
Cronenberg maneja la historia que tiene entre manos como si de un muy peculiar relato de cine negro se tratara, y convierte a su protagonista, Bill Lee (personaje indudablemente inspirado en el William Lee Burroughs real), en una especie de fugitivo de la ley, que acaba inmerso en una intriga de espionaje, en la que la máquina de escribir que utiliza el personaje oculta una identidad de cucaracha infiltrada que habla por su ano (o al revés, una cucaracha que en realidad es una máquina de escribir) y que insta a Bill a actuar en relación con las acciones de supuestos agentes enemigos, además de escribir automáticamente los pensamientos de Bill sin necesidad de que este pose sus manos sobre la misma.

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Es muy difícil aludir a los surrealistas detalles argumentales de la película sin perder por el camino la esencia del relato: la enumeración de esos detalles o peculiaridades se convierte en un acto un tanto disparatado, y es harto complicado intentar transmitir al lector la mezcla de relato detectivesco pausado, comicidad surrealista, seres extraños, intercambios sexuales entre algunos personajes de la película y los mencionados seres, drama interiorizado y otros elementos.
Todo lo mencionado no logra, en mi opinión, que la película esté plenamente conseguida. La planificación de Cronenberg no está a la misma altura que en películas como “Crash” o “Videodrome”; el montaje entre las diversas secuencias no resulta igual de arriesgado que en las películas citadas o otras de su director; los decorados por los que se mueve Bill Lee, aunque mezclan con sobriedad la decoración a lo años 40 o 50 con los elementos más fantasiosos, no aportan la mismas sugerencias que en “Spider”: ambas películas entran en la mente de sus esquizofrénicos personajes y tienden a generar una confusión total entre realidad y ficción, pero en la película con Ralph Fiennes de protagonista, Cronenberg encuentra un lenguaje visual más sólido y sugerente que en la inspirada en la obra de William Burroughs; el espectador no encuentra razones para tener una verdadera estima por Bill Lee y comprender los motivos del personaje para hacer lo que hace; momentos clave del film, como la (literalmente) transformación sexual de una mujer en hombre, en la que el actor Roy Scheider emerge, tras arrancarse cual disfraz un pellejo de mujer, no transmite la misma inquietud que momentos igual de explícitos en otras películas de su director, probablemente debido a su tono narrativo menos serio y con más presencia de un humor subterráneo o directo.

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En todo caso, “El Almuerzo Desnudo” es un film con algunos momentos interesantes y destacables.
En la secuencia en la que Bill mata accidentalmente a su esposa, durante una imitación de Guillermo Tell, Cronenberg opta por expresar la violencia del momento de forma indirecta: un plano medio de Bill apuntando y disparando a Joan; el vaso que Joan sostiene en la cabeza, en sustitución de la clásica manzana, cae al suelo tras recibir la mujer el disparo, erigiéndose el objeto en símbolo inequívoco de su muerte; finalmente, un plano en ángulo picado que muestra la cabeza de la mujer reposando sobre un suelo completamente rojo.
En otro momento de la película, Bill y su colega de profesión, Tom Frost, caminan juntos mientras el segundo explica aspectos íntimos de la relación con su mujer; Bill se extraña de que el hombre esté aireando todo sobre su mujer con tanta libertad, ya que esta se encuentra junto a unos amigos pocos pasos por detrás de ellos, y entonces Tom revela a Bill que, en realidad, está comunicándole esa información telepáticamente, para lo que Cronenberg desincroniza la banda de sonido, consiguiendo que el hombre no pare (aparentemente) de hablar aunque lo que el espectador (y Bill) escuche sea una voz interior, es decir, una voz en off: una muestra del surrealista sentido del humor de la película.
Otro de los momentos más sugerentes de la película lo protagoniza una de las peculiares máquinas de escribir que utilizan los personajes. Un Bill completamente ido está fumando y exhala una bocanada de humo en dirección a su máquina de escribir, automáticamente el aparato empieza a crear frases que provienen directamente de la mente del personaje: Bill está escribiendo de forma no consciente y parece comunicarse con la máquina telepáticamente; secuencias más adelante en la película, sus amigos le comentan lo interesante que les resulta su novela titulada “El Almuerzo Desnudo”, pero Bill no sabe de que le están hablando y reacciona diciendo que él no ha escrito nada.

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La máquina “agente secreto” de Bill, una Clark Nova, violando de forma muy peculiar a la máquina de escribir que le ha prestado Tom Frost, es otro de los momentos surreales y cómicos por excelencia de la película.
El nombre de otra de las máquinas predilectas de Tom es Mujahaddin, y Bill vivirá varias experiencias con un particular ser llamado Mugwump que tiene una voz de lo más curioso: Cronenberg y Burroughs se preocupan por crear un universo completo y detallista en el que los nombres de los objetos o las voces de algunos seres  definen a estos casi de forma inmediata y dotan a la película de su original tono.

Al igual que en “Spider”, el final de la película no es más que el retorno definitivo al punto de cambio inicial en la vida del personaje: la muerte de Joan Lee se ve prolongada en la de Joan Frost, que tiene lugar de la misma manera que en la primera ocasión: el ritual de Guillermo Tell. Una vez consumado el acto, Bill obtiene el permiso para cruzar la frontera entre la Interzona y otro territorio. Si la llegada inicial a Interzona era el claro síntoma de la huída de Bill de su propia realidad, el nuevo territorio puede implicar un descenso aún mayor al infierno de su mente.

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trailer

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