El Circo de los Extraños (2009)
Cada una de las historias que nos llegan últimamente tanto de la gran pantalla como de la televisión, entorno al mito vampírico y a las criaturas de la noche, aportan nuevos puntos de vista y diferentes visiones, con el fin de reinventar un género que hace unos años se hallaba estancado entre las típicas historias de siempre. La cinta que nos ocupa, dirigida por el productor Paul Weitz, intenta mostrar el tema desde otra perspectiva, elaborando el peculiar entramado tras una suspicaz cortina de misterios en forma de circo ambulante, por los que desfilan diferentes freaks o caprichos de la naturaleza, entre los que se hallan los vampiros del film.
La película resulta interesante en los primeros minutos, en los que vemos toda una exhibición visual por parte de los curiosos personajes que se esconden en la chistera de Weitz, quienes entran con fuerza en la fantasiosa historia para aportar cada uno su cometido. Hombres serpientes, mujeres barbudas, faquires y simpáticos enanos, son algunos de los especimenes que veremos, primero en un espectáculo mostrando sus habilidades, y más tarde en una de esas típicas comunas circenses, que de algún modo recrea, aunque sin la misma crudeza y profundidad argumental, al clásico de Tod Browning ‘Freaks’ (La parada de los monstruos) (1951).
El director realiza una combinación de actores veteranos como John C. Reilly o Salma Hayek, quienes están correctos en sus interpretaciones, junto a jóvenes promesas como Chris Massoglia y Josh Hutcherson, que sobretodo, en la primera parte del film, toman todo el protagonismo y aguantan el tirón de la historia. Una historia que arranca desde el afán por escapar de la rutina de los dos amigos protagonistas, que les lleva a encontrarse caprichosamente con sus deseados mundos de fantasía, lo cual les separará definitivamente.
Comienza entonces las situaciones que dan sentido a uno de los títulos con el que es conocido el film, ‘El Aprendiz de vampiro’, momentos que contienen escenas curiosas y que aportan otros puntos de vista al mundo vampírico. Nuevas costumbres, nuevos poderes, y la estrecha relación que nace entre los protagonistas en ese aprendizaje. Pero poco a poco todo se envuelve en una atmósfera teen, compuesta por situaciones que son escenificadas con demasiada fantasía, algo que acaba cayendo en una historia de vampiros infantil, que pierde todo el encanto que las iniciales pretensiones habían levantado.
En definitiva, The vampire’s assistant’, que llegaba como una nueva propuesta a ese cine de vampiros con ganas de ofrecer cosas nuevas, logra, sobretodo en los primeros instantes entretener y dar su peculiar y personal enfoque al género, pero se pierde en su desarrollo, permitiéndose caer en una historia demasiado aniñada, que pone edad a su visión.
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