Grace (2009)
A Madeline le queda poco para dar a luz cuando un accidente acaba con la vida de su bebé. Por su seguridad los médicos deciden estirparle el cadáver, pero Madeline insiste en continuar con el embarazo. Cuando Madeline llega al final de la gestación, el bebé soprendemente estará vivo. Es una niña y se llamará Grace, pero Grace no será un bebé normal.
El planteamiento que presenta la historia a los pocos minutos, es sin duda impactante, algo que da fuerza a las expectativas del metraje y que utiliza el director para canalizar una historia de confusiones, donde el espectador, deambula hasta el final con recelo de lo que está presenciando. Aparentemente, esto podría ser digno de mención, gracias a la presencia de una trama que te hace pensar y sacar tus propias conclusiones. Pero esa desconfianza que desde un suceso en determinado nos acompaña, que nos hace debatirnos si todo lo que estamos viendo es producto de la imaginación de la protagonista, o bien, si estamos ante un film al estilo ‘Estoy vivo’ o ‘La semilla del diablo’ queda prácticamente sin explicación y no consigue dejar del todo conforme al espectador.
El director Paul Solet, consigue introducir algunos puntos interesantes que logran incomodar al espectador. El momento en que el drama inicial se transforma en milagro, será una de las escenas más inquietantes del film, donde podremos contemplar el dramático parto de un bebé ya muerto. También supondrá un impacto ver el deterioro que sufren algunos personajes, por todo lo que está ocurriendo a su alrededor, una locura o una obsesión, que irá corrompiendo la salud mental de ciertos personajes. Pero en especial, la secuencia en que la madre da de comer a su bebé un biberón de sangre, que será la escena que marque el posterior desarrollo del metraje.
Jordan Ladd, la actriz protagonista, indudablemente lleva el peso de la historia y realiza un trabajo correcto, un personaje que vemos como va evolucionando a peor, quien ha sufrido un tremendo shock que la hace seguir un instinto maternal un poquito atrofiado. Gabrielle Rose, la abuela, es otro de los personajes que evolucionan por diferentes motivos, dejando prueba en algunas memorables secuencias. Ambos personajes entran en un conflicto físico y mental, por el bien y cuidado del bebé.
Pero la cinta, que posee bastantes buenos momentos, se torna aburrida en varias ocasiones por el solitario camino que coge la historia, un aburrimiento que solo despierta con las gratuitas escenas sangrientas que la película tiene guardadas, que pone cara a cara a los dos personajes principales. Pero al final la trama deja muchas cosas por contar, y algunos personajes que tienen su importancia en la historia, no acaban de convencer, ni de tener el protagonismo que al final se le quiere dar, sobretodo en un final plano y sin demasiado fundamento, que llega casi de repente y sin explicación. Una historia como esta necesita un buen final y esta no lo tiene, a pesar de terminar la función con una imagen realmente desagradable y dolorosa.
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