Livide (2011)
Es el primer día para la joven Lucy como cuidadora, su primera visita es la anciana señora Jessel, quien está en coma cerebral y sola en su gran mansión. Lucy descubre por casualidad que la señora Jessel había sido una profesora de baile de gran fama, y que tiene en la casa algún tipo de tesoro escondido. Así que junto a sus amigos William y Ben, deciden buscar en la casa con la esperanza de encontrar algo de valor. De noche, entraran en la casa, que cada vez se presenta más extraña, y su caza de tesoros acabará desembocando en una serie de sucesos sobrenaturales terroríficos que cambiaran para siempre a Lucy.
Es difícil definir lo que supone el regreso de la dupla formada por Alexandre Bustillo y Julien Maury tras su último e inolvidable trabajo, hace cinco años, Inside, pero lo que sí parece claro es que la decepción se ha apoderado de la sala al visionar una cinta de la que todos esperábamos mucho más; no obstante, la sobrecogedora atmósfera y la fantástica tensión de las que hace gala el filme hacen de él un producto muy aconsejable para los amantes del terror aunque, como indicaba anteriormente, deja mucho que desear.


Lucie (una espléndida Marie-Claude Pietragalla) es una joven huérfana (su madre es interpretada por Béatrice Dalle, la inconfundible villana de la ya mencionada ópera prima de los directores) que actualmente trabaja como cuidadora, guiada por su mentora (Catherine Jacob), que resultará ser una maníaca asesina; la toca visitar la casa de la señora Jessel, una anciana que años atrás se dedicaba a dar clases de danza en su enorme mansión y que en la actualidad yace en coma cerebral postrada en la cama; al descubrir que ésta quizás esconde un tesoro en algún rincón de la casa, Lucie y sus amigos, Ben (Félix Moati) y Wilson (Jérémy Kapone) deciden adentrarse en el caserón bien entrada la noche con el objetivo de encontrarlo; no tardarán en comprobar que los recovecos de la mansión están plagados de sorpresas no precisamente agradables, en los que los espíritus (o funestas personas) se encargarán de impedirles que logren el tan ansiado hallazgo.


La dupla de directores vuelve a realizar un trabajo digno del mejor cine de terror, una de esas obras que resulta imperdible, pero bien es cierto que la historia no está a la altura de las circunstancias, y aunque visual y sonoramente presenta una calidad inmejorable, la enrevesada trama (muy bien estructurada en un principio pero poco cohesionada en su conclusión) hace que cueste sumergirse en una película que pretende ser algo más (y no lo logra) que puro entretenimiento; si uno consigue adaptarse a la compleja idea que sirve de telón de fondo, bella y siniestra como pocas, puede disfrutar de una cinta extremadamente fantástica, teñida en rojo (sangre) y negro repleta de imágenes que retumbarán en la cabeza durante mucho tiempo (especialmente el final, potente y bestial como en Alexandre Bustillo y Julien Maury es habitual).
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