Los Abandonados (2006)
Una productora de cine llamada Marie, regresa a Rusia donde nació, allí se enterará que ha heredado la casa de sus padres, a quienes no llegó a conocer, ya que de pequeña fue adoptada por una familia americana. La única pista de lo que sucedió la espera encontrar en la desolada y abandonada granja en las montañas. Pero cuando llegé allí, un misterioso y aterrador pasado se presentará ante ella acechándola en forma de espectrales apariciones que la harán enloquecer.
Si la intención del espectador al ver ésta película es la de pasar un buen rato, está muy equivocado, porque precisamente eso es lo que no encontrarán a lo largo de su poco mas de hora y media de duración, ya que la historia que nos propone el debutante director Nacho Cerdà, no es para nada un relato agradable, sino todo lo contrario, una desagradable y enfermiza historia que sitúa a una serie de personajes en un terrorífico misterio lleno de pesadillas, apariciones, polstergeist e intrigantes secretos, que el director sabe combinar con justa medida, manteniendo una enorme tensión durante todo el film que en ocasiones se muestra como no apta para cardiacos.
En Los abandonados, podremos presenciar situaciones escalofriantes, sustos y una puesta en escena con claras influencias del cine oriental más terrorífico, como queda visible en algunas escenas destacables. La historia se desarrolla en un escenario ya de por sí inquietante, un viejo caserón de paredes mugrientas en el que se intuye un pasado tormentoso y oscuro. El lugar, rodeado de un paraje tétrico en el que no parece haber salida posible para la protagonista, dota al film de más misterio e intriga.
Los personajes principales se ven acechados por unas presencias aterradoras y sucesos inexplicables, que los harán desconfiar incluso de ellos mismos, sin poder distinguir lo que es verdad y lo que es producto de su imaginación. Unos personajes correctos en todo momento, que parecen estar viviendo realmente la terrorífica historia, interpretaciones a cargo de los actores Anastasia Hille y Karel Roden, quienes están creibles y trasmiten la angustia y la paranoia de ciertos momentos.
En definitiva, cabe destacar el hecho, de que cada vez estamos más acostumbrados a ver producciones nacionales de género de enorme calidad, tanto argumental como visual, como lo hiciera Guillem Morales con «El habitante incierto». Nacho Cerdà demuestra que se puede hacer buen cine en nuestro país y que hay gente válida como él para plasmar historias tan sugerentes como ésta, aunque aún tengamos que utilizar actores extranjeros para que la cosa funcione del todo.
Lo mejor: La terrorífica atmósfera y los excelentes momentos de terror.
Lo peor: El abuso de determinados sonidos estridentes que te cojen por sorpresa, te asustan, pero aquí no hacen falta.
El momento: La primera incursión de la protagonista en la casa, sobretodo cuando es sorprendida por una aterradora aparición que no se esconde para nada.
[youtube]O1Blmh0MC-8[/youtube]