Los Crímenes de Oxford (2008)
La historia se inicia cuando un estudiante argentino descubre el cuerpo sin vida de su casera, quien en su pasado supo ser parte del equipo que descifró el Código Enigma de la Segunda Guerra Mundial. A poco de ser hallada muerta, un profesor de lógica de Oxford recibe una nota advirtiendo que ese es el primero de una serie de asesinatos. Así, el estudiante y el profesor se unen en la búsqueda de la persona detrás de las muertes, utilizando códigos matemáticos para encontrar el patrón que sigue este asesino en serie.
El director español Alex de la Iglesia, realiza una aceptable obra en su primera y esperada incursión en el difícil mercado americano, al mismo tiempo que se embarca en una faceta nunca antes vista por el director, mucho más seria, ambiciosa y arriesgada, tanto es así, que en momentos te olvidas de que sea el quien dirige el film. El director de la excelente «La comunidad» (2000) construye una intrigante historia a través de enrevesados teoremas matemáticos y problemas existenciales, que se mezclan con el crimen, el romance y unas perversas intenciones, que tendrán su colofón final en los últimos minutos.
Lo mejor del film son sin duda los tres personajes principales y la introducción a éstos en los primeros instantes, que se nos va ofreciendo a cuenta gotas para hacernos más intrigante la trama. El duelo personal entre los personajes interpretados por Elija Wood y John Hurt, Martin y el prestigioso matemático Arthur Seldom, ofrece un estudiado juego en el que cada uno pone a prueba al otro con pequeños enigmas, introduciéndose poco a poco en un terreno peligroso. El film entra en ese momento en una investigación pura y dura, que dado los datos y cábalas que se barajan, llega a ofrecer momentos interesantes pero otros que rozan el aburrimiento, solo amenizados por la siempre agradable presencia de Leonor Watling.
La actriz interpreta el importante papel de Lorna, quien completa el trío, en todos los sentidos de la historia. Watling y su personaje, a parte de introducir más incógnitas a la historia y realizar un correcto trabajo como siempre, nos deleita con algunas escenas picantes que comparte con el afortunado Elija Wood. Destacar en especial una escena culinaria entre ambos y una olla de espaguetis, que se abre con la imagen de la actriz de espaldas llevando solo un delantal.
A la hora de metraje, el film decae bastante a pesar de la indudable expectativa por conocer como acaba todo, y será en los últimos instantes cuando todo vuelva a recobrar el interés, donde el director nos ofrece unas escenas de relativa tensión, para terminarlo todo con una aún más enrevesada explicación de la verdadera trama, quedando todo más o menos claro.
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