Los ojos de Julia (2010)
Julia recibe la noticia de la inesperada muerte de su hermana, Sara. Todos los hechos apuntan a que se trata claramente de un suicidio. A pesar de todo, Julia es incapaz de aceptar esta versión y empieza a investigar las circunstancias que rodeaban la vida de su hermana, a la que no visitaba desde hacía unos meses.
Pero algunos inquietantes indicios, que contradicen el carácter de Sara, y el descubrimiento de que su hermana se había apartado completamente de sus vecinos y amigos sólo hacen aumentar en ella las sospechas de que algo extraño se oculta tras su muerte.
La obsesión de Julia por seguir sus últimos pasos en vida la conducen a cruzarse con una amenaza misteriosa que nadie más en su entorno parece percibir, ni siquiera su marido, Isaac. Julia debe enfrentarse a este peligro desconocido superando además una trágica adversidad: una enfermedad genética degenerativa que le provoca la pérdida progresiva de su visión.
Aunque durante estos últimos años la complicidad y el amor entre Isaac y Julia han podido mantener alejados los ataques de ceguera de ella, una serie de extraños acontecimientos cada vez más agresivos hace que estos virulentos ataques amenacen con volver y sumergir a la mujer en un mundo de oscuridad, indefensa, a merced de la terrorífica presencia que se oculta en ella.
La definición de la palabra “giallo” según Wikipedia nos dice: “subgénero del thriller protagonizado por psicópatas enmascarados, con guantes de cuero y bellas mujeres en peligro que se movían compulsivamente en una trama enrevesada”.
La verdad es que esta descripción encaja bastante con lo que nos ofrece el nuevo film de la factoría ESCAC, dirigido por Guillem Morales, Los Ojos de Julia. Incluso su protagonista tendría bastantes similitudes con el de la obra de Darío Argento, El Gato de las 9 colas, film que compone la trilogía de giallos de este mítico director, y es que según Guillem Morales, y esto puede sonar a estrategia comercial, Los Ojos de Julia es un giallo un poco especial, pues está dotado de una característica no muy propia de estos mismos originados en el cine hispano-italiano de los años 60/70: la feminidad.
Protagonista femenina, con una debilidad física evidente (que se puede intuir por el título del film, pero que no comentaremos para no desvelar detalles), cosa curiosa en un subgénero donde este papel acostumbraba a recaer en una figura que rebosaba el affaire itálico mas masculino. Pero pasemos a hablar de los aspectos técnicos del film. La fotografía de Los Ojos de Julia es correcta sin mas, muy en la línea de producciones similares como El Orfanato (2007), quizá algo inferior a esta misma, pero cumple con creces su objetivo, que no es mas que crear tensión entre el espectador y la pantalla, a lo largo del metraje. Por desgracia no podemos decir lo mismo del ritmo del film, que le cuesta mantener el interés sobretodo al inicio de la cinta, cuyo argumento deja entrever un misterio que pretende interesar, pero que no acaba de hacerlo bien.
Incluso las interpretaciones de los actores, en especial del gran Lluis Homar, sufren de cierto aire artificial en la primera mitad del film, cosa que no ayuda en absoluto a mantener el interés. Pero llegados al meridiano del film, la cosa mejora substancialmente, a consecuencia de cierta escena en la que comienzan a vislumbrarse las verdaderas intenciones de Guillem Morales. Con todo, la falta de ritmo aun da pequeños coletazos mostrándonos una Belén Rueda un poco apagada, floja, falta de esa magia a la que nos tiene acostumbrada esta actriz, ya fetiche del fantástico. La última media hora del metraje soluciona este problema, pues este entra en un remolino de situaciones malsanas donde se mezcla la locura, el erotismo y, porque no, unas pinceladas de buen gore incluso.
A destacar en este sentido, un claro homenaje al film “Opera” del antes mencionado Darío Argento, mostrándonos como el asesino atraviesa un ojo con una hipodérmica, o una escena de una cuchillada en la boca a cierto personaje, dejándolo colgado de una pared, demostrándonos que los FX y el maquillaje de calidad no es un problema para la industria nacional actual.
Los Ojos de Julia tiene sus carencias, pero no es en absoluto una mala película. Todo lo contrario, es una digna resucitación de un subgénero en decadencia como es el giallo, que ni siquiera Argento, (su creador, con permiso de Mario Bava) supo hacerlo resurgir con su film Giallo (2009), y que sin embargo, un joven realizador como es Guillem Morales ha resuelto con sobrada maestría. Quizá en el futuro, Morales nos dé mas de una alegría a los fans del género.
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