Miedo en la Ciudad de los Muertos Vivientes (1981)
Durante una sesión de espiritismo, Mary, tiene extrañas visiones con una lúgubre ciudad donde un sacerdote se suicida ahorcándose. Ella es la única testigo de este suceso, que abre las puertas del infierno y resucita a los muertos poniendo en peligro a toda la humanidad. La joven, sale del trance a gritos con un rostro de pánico que la hará entrar en estado cata tónico, cayendo al suelo y dada por muerta minutos después. El inspector de policía que acudirá al lugar, escéptico de este tipo de ritos, tachará a los presentes de drogadictos y seguirá sus investigaciones basándose en sus sospechas. Al lugar también acudirá Peter Bell, quien se interesa por el insólito caso, siguiendo las evoluciones y el entierro de Mary, donde tras ser sepultada, éste descubrirá que está aún viva y logrará salvarla.
Después de esto, Mary comenzará a recordar lo que pudo ver en sus visiones y con la ayuda de Peter, se dirigirá a Dunwich, donde desde hace unos días están ocurriendo terribles y sangrientos asesinatos.
Lucio Fulci, nos volvía a mostrar su mejor cine y su particular visión dentro del subgénero de los muertos vivientes, con ésta peculiar historia que posee una trama más que interesante. Con este film Fulci se reafirmaba como uno de los grandes directores del género fantástico y de terror, poniendo las bases de lo que sería su filmografía a partir de ese momento, firmando una de sus mejores películas, donde disfrutaremos de un entramado correcto y efectivo, en el que se maneja a la perfección el misterio, el horror y el gore más explícito, ofreciendo imágenes y situaciones que pondrán los pelos de punta a más de uno.
En «Paura Nella Cittá Dei Morti Viventi», título original del film, que sería su segunda incursión en el mundo de los zombies tras la notable «Nueva York bajo el terror de los zombies» de 1979, encontraremos una estupenda combinación entre ésta última y el cine que venía haciendo el director italiano hasta entonces, con títulos como «Una lagartija con piel de mujer» y «Angustia de silencio» ambos thrillers de asesinatos y entramado policial o «7 notas en negro», una historia con tintes sobrenaturales, creando así, un film mucho más completo y entretenido.
Con una sesión de espiritismo que acabará con terribles consecuencias comienza el film, que en estos primeros instantes alterna imágenes del misterioso pueblo con la cara de terror de la protagonista, la actriz Catherine McColl, auténtica musa para Fulci, que aquí realiza un estupendo papel durante todo el film, protagonizando una de las escenas más angustiosas de éste, cuando despierta dentro de un ataúd después de ser dada por muerta, con el correspondiente ataque de pánico, gritando y rascando la tapa con las uñas. La actriz es salvada y acompañada durante todo el film por el conocido actor italiano Christopher George, un actor con buena planta adecuado para la historia, que ayudará a averiguar todo el misterio que esconde las visiones de Mary.
En el escenario principal de la película, el pueblo maldito de Dunwich, comienzan a suceder extraños y brutales asesinatos, justo el momento en que podemos comenzar a disfrutar de los muertos vivientes del film, unos zombies muy diferentes a los de «Zombie 2», éstos aparecen y desaparecen como espectros en la noche para atrapar a sus víctimas arrancándoles el cerebro. Fulci no tiene reparo a la hora de mostrarnos primeros planos de éstas sangrías espontáneas y de otras mucho más desagradables y fuertes, como una escena que por exagerada y salida de tono tiene su gracia, como es el taladramiento que sufre un joven a manos del padre de la chica con la que está tonteando.
El maquillaje y las caracterizaciones son correctas para la época con rostros desfigurados y sangrientos que en ocasiones aparecen entre la oscuridad sobresaltándonos, efectos especiales que esta vez no estuvieron a cargo de Gianetto de Rossi.
Lucio Fulci va más allá en esta historia, ya que el peligro de los muertos resucitados por el suicidio del sacerdote, no solo acecha a los habitantes del pequeño pueblo, sino que propone un mal a escalas mayores como revela el argumento, un posible final fatídico y apocalíptico para la humanidad que añade tensión a las escenas finales que trascurren en las cuevas bajo el cementerio.
El momento: Entre tanto momento bueno, tenso y desagradable, destacar la escena en que a una joven comienzan a sangrarle los ojos y a vomitar sus propio intestinos y demás órganos vitales, una secuencia realmente desagradable y bizarre.
Curiosidad: El final original de la película era un final mucho más optimista, en él, la joven protagonista tenía que despertar de una pesadilla, pero lamentablemente, el negativo quedó destruido supuestamente al producirse un incendio. Así que la película quedó con el final que tiene, abierto a cualquier opinión, aunque más rodeado de pesimismo si cabe.
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