Paintball (2009)
Un grupo de pasajeros con los ojos tapados viajan en la parte trasera de un camión. Ninguno se conoce entre sí, pero todos ellos tienen algo en común: Son jóvenes, adictos al trabajo y con un tremendo apetito de experiencias extremas. Todos ellos han sido elegidos para pasar un fin de semana de aventura. Ellos son abandonados en un bosque frondoso y están equipados con las provisiones necesarias para pasar el fin de semana: una pistola de pintura, munición, mapas e instrucciones. Todos ellos tienen que completar su viaje aventurero a lo largo de cuevas, senderos con obstaculos… ¿Ellos querían aventuras? Pues las tendrán. De repente alguien comienza a disparar y la pintura se mezcla con sangre auténtica. La confusión comienza a reinar. ¿Quién les está disparando con balas de verdad? En el silencio, todos pemanecen juntos y buscan un traidor o algún tipo de explicación. Las reglas del juego ahora han cambiado. La única ley es la jungla y nadie puede confiar en nadie. Ocultas por los árboles, y camufladas por los arbustos se encuentran trampas mortales. Abandonados en el bosque, los jóvenes se verán inmersos en un juego mortal donde deberán hacer lo posible por sobrevivir.
El director catalán Daniel Benmayor, se embarca con ‘Paintball’ en una violenta historia de acción y terror, como respuesta a las sangrientas producciones que en los últimos años nos llegan de todas partes del planeta. Cintas de terror rural donde la supervivencia, las persecuciones y las trampas, componen gran parte del entramado principal, incluso algunas de ellas, como la que nos ocupa, introducen otros elementos con los que dotar de mayor fuerza a la historia y diferenciarse de las demás. Una historia similar a la propuesta por Benmayor, ofreció hace unos años la también cinta española ‘El rey de la montaña’ (2007) aceptable historia dirigida por Gonzalo López-Gallego, que proponía una incesante cacería humana.
La historia escrita por Mario Schoendorff, es cuanto menos interesante, y nos sitúa en mitad de la práctica del inocente e inofensivo juego del ‘Paintball’, que esta vez no será tan inocente. Balas de pintura, y dos grupos que lucharán para conseguir una serie de objetivos, en busca de diversión y sensaciones fuertes. Schoendorff, convierte un divertido y excitante escenario, en una cacería sin sentido para los protagonistas, que llegará a mostrar cuales pueden ser los morbosos límites del ser humano. Todo ello, está enmarcado en un paraje de frondosos árboles, (la mayoría de esas secuencias fueron rodadas en el extenso parque de Collselora, Barcelona). donde diferentes trampas dejan sin opciones de diversión a los participantes, a la vez que esconden la verdadera y macabra historia de ‘Paintball’.
La primera parte de la película está llena de diálogos que sin llegar a la absurdidad, tampoco resultan muy creíbles ni convincentes, y las expectativas creadas por el film quedan a expensas de lo que nos pueda mostrar más adelante la cinta. Por suerte para nosotros, todo se animará gracias a unas escenas de acción bien recreadas por el director, que utiliza en todo momento la cámara en movimiento para dar mayor realismo, empezando a mostrar lo que realmente queríamos ver. Pero esos momentos de incertidumbre, tampoco están del todo reforzados con una lógica situación de histerismo entre los personajes, quienes continúan las normas del juego con resignación, y apenas se nota la vuelta que da la trama pasando del inocente juego a la cruda realidad.
Otro de los elementos desconcertantes en el film, es el uso de determinadas imágenes en unos momentos donde creíamos que veríamos las sangrientas escenas que faltaban en la cinta. Concretamente en las acciones de uno de los cazadores del film, que no dejan claro su propósito ni su intención. Escenas que se muestran a través de una cámara en primera persona reforzada con un extraño filtro, que no permite ver con claridad lo que está ocurriendo. Unas secuencias utilizadas para introducir alguna técnica nueva que de mayor realismo a las acciones, pero que resultan ser momentos desconcertantes y de auto censura, que restan interés para una cinta que parecía que ir de cara. Quizás su propósito era mostrar la crudeza de esos momentos de manera sutil, buscando innovar en un género demasiado trillado.
La trama oculta del film nos recordará a la polémica cinta de Eli Roth ‘Hostel’ (2005), aportando algo interesante a la película del director catalán, que guarda sus mejores momentos para el final, dejando la película en un aceptable trabajo, que definitivamente, está lleno de altibajos que no dejan avanzar a la cinta por el camino que debería de haber tomado.
Imágenes del Rodaje
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