Parking 2 (2007)
El argumento narra las desventuras de una joven atrapada en un parking a merced de un vigilante con tendencias asesinas (Wes Bentley, el villano en «El motorista fantasma»). El encargado de ponerse tras las cámaras ha sido el debutante Franck Khalfoun, quien trabajo bajo las ordenes de Ajá en Alta Tensión.
A simple vista, la trama principal de «P2» puede parecer una más de esas películas de sobremesa de los domingos por la tarde, una historia sencilla que no ofrece nada novedoso. Pero bien sea por la buena realización del debutante Franck Khalfoun que apunta maneras, o por la de sobras conocida calidad de Alejandre Ajá, quien produce y también escribe junto a Grégory Levasseur y el própio Franck, el film ofrece gran espectativa desde el momento en que todo se le empieza a complicar a la protagonista. Rachel Nichols, realiza un estupendo papel a las ordenes de su raptor, pero a la vez interpreta un personaje que no se deja impresionar por el «malo», papel a cargo de Wes Bentley, villano también en «El motorista fantasma» que realmente lo lleva con bastante carisma.
La trama va cogiendo cuerpo poco a poco, y tras ver la odisea que el personaje de Angela ha de pasar hasta que queda encerrada en el parking, comienza la desagradable historia para la joven, que se verá reducida por un insano y solitario vigilante nocturno, que llevará su obsesión hasta límites insospechados. Un control que se le escapara de las manos y pondrá, como hizo la excelente ópera prima de Alejandre Ajá «Alta tensión», cara a cara a perseguidor y perseguido, ambos personajes usandos sus própias armas para terminar con el macabro juego.
Tensión, intriga, sorprendentes y duras imágenes cargadas de sangre y alguna que otra viscera, pondrán el punto sanguinolento a la película. Destacar el instante en que el salvajismo y el ensañamiento que lleva a cabo Tom (Wes Bentley), con un tipo, roza la exageración. Las persecuciones y huidas por las diferentes plantas del parking, donde la chica parece no tener ni salida ni escapatoria, mantienen el ritmo alto en todo momento, que dura hasta los minutos finales, donde el desenlace que no depara ninguna sorpresa y se muestra obvio, acaba con clase.
En definitiva, el film que firma el debutante Franck Khalfoun, es la prueba de que una historia simple y un escenario del todo corriente, pueden llegar a ofrecer buenos momentos de terror y tensión sin necesidad de grandes espectacularidades.
Lo mejor: Los momentos gore y la tensión lograda.
Lo peor: Quizás el final, en el que ya te imaginas lo que va a pasar.
El momento: Cuando Tom (Wes Bentley) lleva a cabo un playback e imitación de Elvis Presley, mientras suena «blue Christmas» por los altavoces del parking.
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