Pesadilla en Elm Street 2: La Venganza de Freddy (1985)
En cualquier caso es un ligero cambio que no impide las situaciones oscuras y macabras bañadas con el humor negro característico del asesino. Las mejores probablemente las del prólogo y el epílogo. El resto se desenvuelve en forma de thriller siendo testigos de cómo Jesse vive situaciones terroríficas mientras trata de descubrir la verdad junto a su novia, todo ello con la clásica estética ochentena que proporciona escenas un tanto curiosas y peculiares como Freddy saliendo del cuerpo del muchacho. Imagino que no hace falta decir que los efectos no son nada del otro mundo teniendo en cuenta el año de realización, de ahí que uno de sus puntos flojos sea esa similitud, en cuanto a efectos especiales, con las películas más cutres de hoy en día.
Por el resto es un slasher de lo más clásico, mezclando los elementos esenciales: Adolescentes ávidos de fiesta y sexo, un protagonista cuya mayor preocupación en la vida hasta ese momento había sido librarse de sus padres para salir de casa, un psicópata carismático y unos cuantos asesinatos sádicos.
Su producción corrió a cargo del productor de la primera parte, Robert Shaye, que obteniendo los derechos por parte de Wes Craven (al deber este unas deudas con la compañía) encargó el guión al guionista David Chaskin, un graduado del “New York Institute of Technology” y del “State University of New York” que había trabajado en asuntos de distribución de películasantes de escribir los guiones de la comedia “The Monster from Out of Town” y el drama “Hard Rock Highway”, que le hicieron ganar una buena reputación dentro de New Line.Aunque Craven no quiso volver a dirigir al no estar satisfecho con la historia que querían hacer, participó dando ideas a Chaskin, como que a parte de centrar su atención en Jesse, dejase ver el punto de vista de su novia, Lisa, otorgándole cierto protagonismo. Sin embargo Craven no pudo tener mucha más influencia ya que se fue a preparar su malograda secuela “Las colinas tienen ojos II” (1985) por lo que quedó completamente fuera del proyecto.
A causa de esto, Shaye tuvo que elegir a un director, siendo el seleccionado Jack Sholder, un cineasta con un largo historial en New Line. Nacido el 8 de junio de 1945 en Philadelphia, Pennsylvania, Sholder pasó parte de su juventud formando parte en diversas orquestas. En 1964 decidió dedicarse al cine y se apuntó al “Antioch College” donde comenzó realizando cortos atrayendo la atención de Paul Gurian, un joven que quería ser productor. Juntos hicieron “The Garden Party” para PBS en 1973, un corto de 25 minutos que ganó el premio especial del jurado en el Festival de Cine de San Francisco. 3 años después se puso manos a la obra con Outlaws, basada en un guión de él mismo y escribió “Barnum” y “Golden Honeymoon”. Seguidamente se desenvolvió como editor con películas de culto como la del popular Sonny Chiba: “Gekitotsu! Satsujin ken” (AKA: The Street Fighter) para el propio Shaye, que quería distribuir películas asiáticas en América. También trabajó con Shaye co-escribiendo “Alone in the Dark”.
Así pues la película contaba ya con un productor, un guionista y un director, sólo le faltaba encontrar el reparto. El primero en ser fichado fue Robert Englund, que repetiría en su estupendo rol de Freddy Kruger, mientras que el actor principal pasaría a ser Mark Patton, un joven de 20 años que se presentara al casting de la primera parte para conseguir hacerse con el papel de Glen Lantz, personaje interpretado finalmente por el jovencísimo Johnny Depp.
Como conclusión recomendarla únicamente a los amantes del slasher y los empedernidos del cine de terror en general. No es la mejor de la saga ni mucho menos, pero puede entretener.