Red State (2011)
El último film dirigido por Kevin Smith puede ser considerado, sin muchos problemas, como el mejor trabajo del realizador hasta la fecha. Algo que tampoco era excesivamente difícil para el responsable de obras tan ortopédicas en lo visual y anecdóticas en lo argumental como Clerks (1994), Mallrats (1995) o Vaya par de polis (Cop Out, 2010). Tampoco vayamos a pensar, ni mucho menos, que esa superación de sus facultades cinematográficas han permitido al cineasta el inesperado alumbramiento de una obra maestra o algo que se le parezca, porque Red State es una película curiosa e interesante, también algo irregular, cuya modestia en los planteamientos visuales y narrativos devienen, por primera vez en el cine de Smith, un factor a tener en cuenta.
El realizador filma con corrección y funcionalidad la mayor parte del relato, muy homogéneo visualmente, aunque se permite también alguna muestra de elegancia expresiva, caso de los planos que muestran en contrapicado el largo monólogo del reverendo Abin Cooper (Michael Parks), o el certero empleo del suspense narrativo en la secuencia en la que uno de los tres adolescentes secuestrados por los seguidores del reverendo consigue huir de su encierro y acaba encerrándose, por casualidad, en una habitación llena de armas. Una mejor construcción del relato – aunque éste también presente ciertos importantes defectos -, y unos diálogos corrosivos y mejor confeccionados que en otras ocasiones (en la que es, supuestamente, la especialidad de Smith), junto a las interpretaciones de un buen conjunto de actores, encabezados por el notable Parks, y en el que destacan las presencias de John Goodman y Melissa Leo, son las mejores bazas de Red State, una cinta en la que su realizador demuestra, una vez más, que su capacidad para las escenas de acción es más bien nula (ver la larga secuencia del asedio policial al hogar del reverendo Abin, en el que los planos – y por consiguiente las posiciones de cámara – que muestran el intercambio de tiros entre ambos bandos carece en casi todo momento del menor sentido de la lógica espacial y el ritmo), y que para ser considerado un guionista de verdadera valía todavía debe ganar solvencia en la construcción global de sus relatos, pues si el inicio y el final de Red State resultan bastante compactos en su duración y progresión narrativas, no resulta tan positiva la valoración del demasiado alargado fragmento central, el del anteriormente mencionado asedio policial, que Smith conduce en algunos instantes de forma algo insegura y titubeante. Un film tan irregular como atractivo en sus mejores instantes.





[youtube]t4R3eTrr5Ww[/youtube]
[vimeo]18126159[/vimeo]