Saw III (2006)
Meses después de la desaparición del detective Eric Matthews, quien tuvo un intenso cara a cara con Jigsaw, la policía encuentra un nuevo cadáver que parece haber sido sometido a los mismos juegos macabros que utiliza el asesino. Tras descartar que el cadáver sea del detective Matthews, se darán cuenta de que hay algo distinto en este caso, ya que a pesar de seguir los mismos sádicos y enfermizos patrones, a diferencia de los anteriores juegos, éste parece estar hecho con otro fin, haciendo inútil cualquier intento por sobrevivir. Amanda, mano derecha de Jigsaw, parece estar llevando al límite los juegos de su maestro.
Después de una genial segunda parte de la saga, en la que Darren Lynn Bousman daba mayor protagonismo a Jigsaw situándolo frente a frente con la policía y otorgándole el lujo de jugar a dos bandas logrando una inquietante trama con sorpresa final incluida, el director (que se ha encargado también de la realización de ésta tercera y apasionante parte, difícil tarea dados los resultados de las anteriores entregas) no solo ha conseguido mantener el espíritu de éstas sino que ha creado la más completa e inquietante de la saga. Morbosos juegos con sádicas y perversas maquinarias que ponen los pelos de punta; escenas escalofriantes; angustiantes pruebas que logran ponerte tenso; inesperadas revelaciones; nuevos puntos de vista y una enrevesada trama argumental que nos permite ver hasta donde puede llegar el mal y la mente privilegiada de uno de los personajes más sanguinarios de los últimos tiempos. Un villano que parece tenerlo todo minuciosamente estudiado para llevar a cabo nuevas pruebas contra reloj a cual más enfermiza.
Con un ritmo alto e incesante como ya sucediera en la segunda parte, ésta, combina la acción con revelatorios flashbacks que nos depararán más de una sorpresa y nos permitirán incluso cuadrar y ver desde otra perspectiva algunas de las escenas de las anteriores partes, algo realmente interesante que el directo utiliza con buena medida.
Como sucedió en Saw II, lo mejor del film es sin duda el personaje de Jigsaw, que el veterano actor Tobin Bell encarna perfectamente, interpretando a un tipo frío y calculador que apenas comete errores, un alma despiadada que se esconde detrás de diálogos y frases complejas que solo un hombre culto y seguro de sí mismo puede llevar a cabo. Facetas que recuerdan a otro de los grandes personajes que nos ha dado el género, como es Hannibal Lecter, dos personajes tan diferentes pero tan parecidos a la vez.
En definitiva, Saw III, que en principio parecía ser la que terminara la saga, es un estupendo punto y seguido a la historia del ya mítico asesino en serie, que como en todas, la sangre, los desgarradores juegos, la tensión y las sorpresas, acompañan al film desde los principios impactantes hasta los desconcertantes finales.
En marcha está una cuarta parte, que aunque quizás se perfile como innecesaria, si resulta tan buena como sus predecesoras, bienvenida sea.
Lo mejor: Ver como Jigsaw domina la situación incluso postrado en una cama.
Lo peor: Que una cuarta parte estropee todo lo cosegido hasta ahora.
El momento: Aunque posee buen número de escenas sangrientas y malsanas, destacaría el desenlace del film, donde vemos la facilidad que tiene Jigsaw de engañarnos a todos.
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