Silencio desde el mal (2007)
El centro de la historia es un pequeño pueblo donde existen cuentos de fantasmas, misteriosos asesinatos y la leyenda de Mary Shaw, una famosa ventrilocua asesinada cuya alma parece no haber abandonado el lugar. Un muñeco ventrilocuo será el que ponga la gracia en ésta película.
James Wan, quien dirigió la primera parte de la éxitosa saga de «Saw», nos vuelve a sorprender con una historia bien narrada que mantiene al espectador sentado en la butaca hasta el último momento. Dejando de lado las enfermizas y sangrientas escenas de su anterior película, en Dead Silence, el director enfoca la trama principal más hacia el terror y la intriga, donde podemos ver como el cine norte americano se fusiona con ideas y escenenificaciones al más estilo del cine asiático moderno, como queda latente en las muertes que a lo largo del film se van sucediendo.
El director cambia al mítico muñeco de Saw, por otro no menos inquietante, un muñeco de ventrilocuo que siempre da respeto. El protagonismo directo del muñeco va decayendo a medida que avanza el film, algo que es de agradecer, una nueva versión del «El muñeco diabólico» hubiera sido fatal, aunque en la parte final no hubiera sido lo mismo sin él.


En el cine ya habían aparecido varios muñecos haciendo de las suyas, por ejemplo en 1925 se estrenó «El Trío Fantástico», protagonizado por Lon Chaney. En 1945 «Al Morir la Noche» con Michael Redgrave, y un jovencísimo Anthony Hopkins grabaría «Magic» en 1978.
El film destaca por su incesante ritmo argumental, desde el mismo momento en que arranca con la escena de la pareja en el apartamento, un desarrollo que permite disfrutar del film en su totalidad, sin necesidad de aguantar fases lentas e innecesarias.


La intrigante historia, que habla de una antigua leyenda ocurrida en un pequeño pueblo, va en aumento y se hace cada vez más interesante, llevandonos a un final que no decepciona, desvelando varias incognitas y una sopresa final que acaba de redondear el fantástico film de Wan.
Lo mejor: Los escenarios tenebrosos como los bosques o el abandonado teatro y el incesante ritmo del film.
Lo peor: La larga lengua con que vemos al fantasma principal en los últimos instantes.
El momento: La secuencia final del teatro y por supuesto la sorpresa final.
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