Hermandad de Sangre (2009)
Un grupo de amigas que forman parte de una hermandad juran fidelidad, secretismo y solidaridad entre ellas pese a cualquier cosa. Su lealtad se verá puesta a prueba cuando todo va mal en una fiesta y una de ellas, Megan, termina brutalmente asesinada. En vez de confesar el crimen y arriesgar sus brillantes futuros, las chicas deciden esconder el cuerpo y guardar el secreto para siempre.
Al año después del suceso, durante la fiesta de graduación, las chicas comienzan a recibir videos en sus móviles de la noche en la que su amiga murió. ¿Ha vuelto Megan de la muerte para vengarse? o ¿su secreto fue descubierto por alguien que ahora ha decidido que paguen por ello?
El machacado cine de terror de los 90, tubo sus más y sus menos con títulos como ‘Scream. Vigila quien llama’ ‘Leyenda urbana’ ‘Un San Valentín sangriento’ o ‘Se lo que hicisteis el último verano’ una serie de producciones que parecían ir dirigidas al público que ansiaba en volver a disfrutar de los slasher o serial killers de los 80, aunque en la mayoría de las ocasiones, caían estrepitosamente en un desfile teen que poco tenían que ofrecer al género. En los tiempos que corren, a pesar de que todavía siguen proliferando las cintas indiscutiblemente para adolescentes, se ha introducido elementos que las hacen más crueles a la hora de mostrar el contenido, con escenas más explicitas y sangrientas. Eso no quiere decir, que la calidad de las mismas sea superior, de hecho, muchas de las historias, como por ejemplo la que nos ocupa, contienen una trama superficial y solo van a mostrar lo que el público menos exigente puede buscar.
‘Sorority Row’ que se trata del remake de la cinta de terror dirigida por Mark Rosman en 1983 titulada ‘The house on Sorority Row’ (Siete mujeres atrapadas) deambula por estas aguas desconcertantes, ofreciendo una trama casi inexsistente y poco llamativa, que además, casualmente recuerda mucho a la película dirigida por Jim Gillespie ‘Se lo que hicisteis el último verano’ aunque aquella, en cierto modo llegó a sorprender, y mantenía un desarrollo más trabajado y un misterio que sin ser nada del otro mundo daba más juego al espectador. La cinta de Stewart Hendler, es lo que sería el esqueleto de una correcta película, que lamentablemente no pasara de ahí, logrando, eso sí, un impactante suceso inicial que desembocará en el típico pacto adolescente de ‘Aquí nadie ha visto nada…’ con las correspondientes ‘notitas’ y muertes un tiempo después.
Para mayor frustración, en ningún momento vemos que la película vaya a mostrar algo bueno, ni tan siquiera en las apariciones del asesino encapuchado, quien se dedica a perseguir a las guapas protagonistas para hacerles pagar por su error. Brutales asesinatos que no bastan para que la cinta se anime, aunque podríamos destacar por encima de todos ellos, el asesinato a una joven con una botella, realmente impactante, logrando sorprender y despertando en el espectador la posibilidad de que la cosa se anime, aunque eso nunca ocurrirá.
Tanta es la indiferencia que llegado un momento la película transmite, que la identidad del asesino acaba por no importarnos, a pesar de que se intente rizar el rizo con ello, creando una relativa sorpresa que llega ya tarde, cuando quizás, llevándolo todo de otra manera, se hubiera podido adornar un notable film. Si la película en ningún momento está a la altura de cualquier slasher que se precie, menos lo iba a ser su final, un final donde vemos a los personajes correteando entre las llamas, hasta la traca final, donde termina por dejar claro que la película no se dirigía a ninguna parte, limitándose a mostrar una Hermandad de bellezas y unos cuantos asesinatos, como errónea fórmula para componer un correcto psychokiller.
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