Thanatomorphose (2012)
La historia cuenta como una mañana, la joven y bella Laura inexplicable e inexorablemente empieza a pudrirse… Una historia kafkaniana que combina sexo, horror y fluidos corporales…

El pasado viernes 5 de octubre a las 17h., un pequeño grupo de espectadores, que salíamos en ese momento del Brigadoon, nos paramos a discutir a las puertas del espacio, sobre lo que acabábamos de visionar. Unos a favor otros en contra, pero algo nos llevaba a expresar lo que aquella cinta nos había transmitido. Una cinta visualmente dura como pocas, un metraje algo lento, oscuro y desenfocado que guarda sus mejores armas en las sensaciones que saca del espectador, mostrándose angustioso, extremo y desagradable. Una película que consiguió que nadie saliera de la sala hasta que ésta terminó. ¿Por que será? ¿Será verdad lo que reza uno de los spots publicitarios del festival de este año? «Nuestros fans son dificiles de impresionar…» o es que siempre queremos ver más…
La cinta en cuestión, Thanatomorphose del canadiense Eric Farladeau, es, en palabras del propio director, (con quien estuvimos charlando esa misma tarde) una visión personal de la descomposición en un cuerpo en vida, un desagradable experimento con el que mostrar todas las fases de la thanatomorphose, (signos visibles de la descomposición de un organismo causada por muerte), que segun nos dijo Farladeau, ha estudiado bien a fondo para ser capaz de mostrarnos un material lo más parecido a la realidad. La cinta está apoyada por un genial trabajo de maquillaje a cargo de David Scherer (therapy of terror), que es junto a la atmósfera malsana y al climax que alcanza tanto sufrimiento, la esencia y el poder de una obra a tener en cuenta.

El metraje se hace algo pesado en su comienzo, imágenes oscuras, desenfocadas y primeros planos que crean confusión, pero poco a poco, el interés crece por el morbo que todos sentimos en ocasiones, por ver cosas tan desagradables. Las fases de la descomposición están perfectamente recreadas, desde los primeros signos de que las células están muriendo, hasta lo más bizarre y desproporcionado que nos podamos imaginar. Vomitos, segregaciones, sexo, putrefacción, gusanos, un diagnóstico clínico en el que no hay vuelta atrás.
David Farladeau nos brinda la posibilidad de presenciar, con todo lujo de detalles y de la manera más desagradable posible, las fases de una muerte lenta y agónica, de un cuerpo que enferma hasta la muerte. Una de las cintas ‘marca de la casa’ que solo podemos encontrar en la sección Brigadoon.
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