Thor (2011)
En el centro de la historia está el mítico Thor (Chris Hemsworth), un poderoso pero arrogante guerrero cuyas irresponsables acciones reinician una guerra ancestral. Thor es desterrado a la Tierra por su padre Odin (Anthony Hopkins) y forzado a vivir entre los humanos. Una bella y joven científica Jane Foster (Natalie Portman), tiene un profundo efecto sobre Thor y se convierte en su primer amor. Es en la Tierra donde Thor descubre lo que hay que tener para ser un héroe cuando el más peligroso de los villanos de su mundo envía las más oscuras fuerzas del mal de Asgard hacia la Tierra.
Desde que hace unos años nos empezaran a bombardear con la noticia de que la película de Los Vengadores (The Avengers, Joss Whedon, 2012) iba a tornarse en realidad, con cuentagotas nos han ido llegando los filmes-piezas que componen ese puzzle que llegará el año que viene, y que provoca la sudoración extrema y la caída de babas de miles de fans en todo el mundo. De momento han tenido sus dignas adaptaciones los personajes de Hulk, Iron Man y ahora le ha llegado el turno a Thor y, dentro de poco¸ al Capitán América, que en sus avances promete bastante. Pero el caso que nos ocupa es el de Thor, el famoso Dios del Trueno, que sin ser uno de los personajes más populares de la factoría Marvel, sí que cuenta con una legión de fans que conocen sus aventuras, a pesar de alejarse bastante de los cánones de otros superhéroes de la más famosa empresa del cómic mundial. 
Y es que a Thor no le ha picado ninguna araña y tampoco ha recibido sus poderes de alguna extraña forma, siendo al principio un humano corriente y moliente. Thor pertenece al mundo de Asgard, que al comienzo del filme se nos presenta como un lugar que existe junto a la Tierra, al igual que otros tantos mundos. Asgard, en otros tiempos, ayudó a los vikingos a combatir contra los Gigantes de Hielo, feroces y malvados habitantes de otro mundo, que invadieron nuestro planeta. Tras muchas batallas y pérdidas, los Gigantes cayeron, pero hoy han vuelto a demostrar que no se llevan bien con Asgard, al boicotear la entronación del joven Thor, de manos de su padre, interpretado por Anthony Hopkins. Por ello, Thor, su hermano Loki y un grupo de amigos deciden viajar al mundo de los Gigantes de Hielo, buscando venganza, pero su padre se mosquea con él por ello, y le destierra a nuestro planeta, donde el grupo SHIELD le buscará infructuosamente, pillará cacho con Natalie Portman e intentará luchar por recuperar su Martillo y el beneplácito de su padre. Así da gusto salir de viaje.
El cineasta Kenneth Branagh demuestra aquí su pulso narrativo y con la acción, así como su saber hacer, para traslada un cómic a su mundo shakesperiano, con los conflictos en la Corte y los problemas entre padre e hijo; vamos, un Hamlet convertido en viñeta. Y no le sale mal la jugada, pues sin perder las características que le han definido como un director con clase, sabe jugar con los estereotipos y convenciones del tebeo, ofreciendo un espectáculo que se deja ver, resulta entretenido y no funciona como un paso más hasta llegar a Los Vengadores, como sí ocurría con la irregular Iron Man 2. Brannagh crea un mundo que se aleja un poco del ambiente del cómic en que se basa, pero le otorga una personalidad increíble, ya que lo tomamos como verdadero. Y en su cambio a la Tierra, nos deleita con momentos muy graciosos, gracias a la química existente entre los protagonistas, y es que cuenta con un reparto genial.
El villano Loki resulta de lo mejor de la cinta, ya que tiene sus motivaciones para hacer el mal, y nos promete una continuación diga de su intelecto y su mala leche. ¿Quién sabe si será uno de los malotes de Los Vengadores?
Los efectos especiales merecen una mención especial, por saber construir tres grandes mundos dispares: Asgard, el mundo de los Gigantes de Hielo y la Tierra, sin que ninguno nos resulte disparatado o irreal, aunque a veces se pasen con los colores. Y al final nos ofrecen dos enfrentamientos, uno en la Tierra y otro en Asgard, de quitarse el sombrero.
Por supuesto, hay referencias al universo Marvel, como siempre: el simpático Cameo de Stan Lee, la aparición de Ojo de Halcón y el final sorpresa de rigor, pero aquí no parecen metidos con calzador, ya que la historia funciona sola a la perfección, en esta épica repleta de imaginación, acción y una sólida historia de intrigas en Palacio.
