Viernes 13 (1980)
1958. El joven Jason Voorhees, muere ahogado en el lago del campamento de verano de Cristal Lake. El cadáver nunca fue encontrado. Un año más tarde, una pareja fue asesinada en el mismo campamento. El caso quedó sin resolver y el lugar fue cerrado.
1979. El campamento de verano de Cristal Lake, va a ser abierto de nuevo, a pesar de los años que lleva cerrado y del pasado macabro que en él cayó después de los sucesos de 1959, siendo llamado desde entonces por los habitantes del pueblo como, «Campamento sangriento».
Annie, una monitora que se dirige a Cristal Lake, llega al pueblo sin ser bien recibida por los lugareños, sobretodo por un extraño viejo que le avisa que el Campamento está maldito. Consigue que alguien la deje a mitad de camino, pero tras ser recogida por otro vehículo, que se desvía del camino, tiene que saltar en marcha y escapar por medio del bosque, donde será asesinada brutalmente.
Mientras tanto en Cristal Lake, los monitores van llegando, y comienzan a prepararlo todo para la llegada de los niños. Todo parece normal en el campamento pese a los rumores que llegan desde el pueblo, pero cuando llega la noche y comienza la tormenta, comienzan también las muertes.
Todo un clásico ochentero que da comienzo a una de las sagas más largas de la historia del cine y la televisión. Su director, Sean C. Cunningham, aprovecho el éxito de «La noche de Halloween», estrenada varios años antes, para llevar adelante este film, donde unos indefensos adolescentes son acosados y asesinados violentamente por un psicópata. Cunningham, que ya había producido films sangrientos como la enfermiza, «La última casa a la izquierda» de Wes Craven, se sirve de la gran ayuda del genial Tom Savini, para diseñar las muertes y los efectos de maquillaje.
El film, sin ser una maravilla de la interpretación, nos muestra una historia original para la época, con resultados más que aceptables. Casi toda la película transcurre en la oscuridad, y el hecho de que en momentos la acción se desarrolle desde el punto de vista del asesino, hacen que te metas en la película manteniendo el suspense, sobretodo por la identidad del asesino que no se descubre hasta el final.
Este film creó escuela, dando paso a un montón de películas que se atrevían a asesinar a los adolescentes sin tapujos y de manera más o menos violenta. Entre los actores, es curioso ver a un jovencísimo Kevin Bacon muriendo a manos del asesino, o a Betsy Palmer como la señora Voorhees.
El momento: Cuando uno de los chicos (Kevin Bacon) tras echar un «polvo», es atravesado con una flecha, lentamente, desde la nuca hasta la garganta.
A destacar la genial música que acompaña al film, todo un clásico.
( tsi-tsi-tsi-tsi, ah-ah-ah-ah.)
Desde ahora, viernes 13 nunca será lo mismo…
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