Viernes 13 (2009)
Buscando a su hermana desaparecida, Clay se dirige al espeluznante bosque del legendario Crystal Lake, donde tropieza con los viejos y decrépitos restos de una cabaña que yace detrás de unos árboles cubiertos por denso musgo. Y esto no es lo único que se esconde entre la maleza… En contra del consejo de la policía y las advertencias de los habitantes de la zona, Clay continúa con su búsqueda, ayudado por una joven mujer que ha conocido entre un grupo de jóvenes estudiantes preparados para pasar un emocionante fin de semana. Sin embargo, ellos están a punto de encontrar algo más que no habían tenido en cuenta. Lo que menos se imaginan es que han entrado en el dominio de uno de los más terríficos espectros de la historia del cine americano: el infame asesino que caza en Crystal Lake armado con una sierra eléctrica… Jason Voorhees.
Remake, secuela, revisión, son palabras que siempre van acompañadas de un recelo especial, una desconfianza por lo que vamos a ver, que te hacen caer inevitablemente en las comparaciones con el film original. En esta ocasión, no solo se trata de un film que marcó una década, o de un nuevo género y manera de hacer cine, sino que en medio de todo, hay un mítico personaje que fue creciendo secuela a secuela, para componer una de las sagas más sangrientas de todos los tiempos, y en ese sentido, el film de Marcus Nispel deja muchísimo que desear.
Primero de todo, como es normal, el film está adaptado a los tiempos que corren, añadiendo música moderna, chicas y chicos guapos, y todo lo que compone una producción comercial, construyendo una atmósfera demasiado preparada con la que se pierde el espíritu de la historia original. Pero a pesar de eso, el film se desarrolla a un ritmo aceptable y se muestra entretenido gracias al catálogo de asesinatos que en él podemos disfrutar, e incluso, posee momentos de tensión en la parte final. Por lo que si la película no estuviera relacionada con el clásico de los 80, seguramente recibiría una crítica más favorable por mi parte.
Pero lo que realmente se destroza en el film es el personaje de Jason, un personaje al que se le intenta dotar de mayor fuerza y brutalidad, pero en el que se incluyen otras cualidades que no casan con el mítico asesino, haciéndolo más humano y terrenal. Vemos a éste corriendo detrás de los jóvenes (cuando Jason nunca a necesitado eso, siempre llega a tiempo) lanza hachas y dispara flechas con un arco como nunca antes lo habíamos visto, (como un verdadero indígena) y lo que es peor, muestra sentimientos, tiene rehenes y deja vivo a un chico que se le pone por delante (él, que siempre se ha caracterizado por su poca humanidad y de no dejar escapar a ninguna presa). Unos comportamientos nada habituales en él, que para los fans y seguidores del personaje, entre los que me incluyo, no será recibido con buena cara. Por lo demás, decir que el aceptable desenlace, queda truncado por una escena final que deja una puerta abierta a una posible e innecesaria continuación de una nueva franquicia moderna.
En definitiva, la nueva revisión que Marcus Nispel nos presenta, funciona correctamente como un Slasher más lleno de muertes y sangre, que logra entretener gracias a un ritmo alto, pero falla como revisión del mítico personaje y de una historia que creó escuela, destrozando en gran medida a Jason Voorhees.
Lo Mejor: Posiblemente que resulta entretenida y se deja ver.
Lo peor: Que para presentes o futuras generaciones, esta sea la visión que tendrán del temible personaje de Jason Voorhees.
El momento: La muerte de un policía que viene a socorrer a los jóvenes, al que Jason le atraviesa el ojo con una flecha empotrándolo contra la pared.
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